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sábado, 18 de junio de 2011
cro. horca sobre el giro en la causa Marcela y Felipe
Por
Unknown
El cro. horca nos manda el siguiente comentario, el cual compartimos y agradecemos:
Hay que hacer un análisis político de esto, y lo digo después de ver a todos los panelistas del kirchnerismo televisivo en un grado de desconcierto alarmante.
1- Clarín recobró la iniciativa. Hasta ahora, en este tema venían esquivando guantazos. Eso daba tranquilidad: si ningunean, es porque están cagados. Ahora dieron un golpe. Basta verlo a Llonto, a Carlotto… Reconocen que están sorprendidos, mala noticia. Clarín está arriesgando todo lo que tiene.
2- Se dice que a lo mejor los pibes se cansaron la presión social sobre ellos. Es cierto, hay mucha. Actrices, periodistas, Sarlo, devuelvanalosnietos, etc. Eso sería una derrota para Clarín: los pibes se le dieron vuelta. Ahora, si eso fuese así, si realmente sufrieron la inmensa derrota (secreta) de que los chicos quieran analizarse de verdad, entonces la operación de hoy, con diez notas sobre el tema desde las 6 am, es un suicidio político.
3- Pero no es racional que Clarín se suicide. Todos conocemos el salvoconducto que bosquejaron en el textito de los abogados: queremos que el tema se termine, comparémoslo con las muestras que existen “hoy” en el BNDG. Esto es falaz: todos los años se suman familias nuevas al Banco. Muchos nietos fueron encontrados, no en un primer testeo, sino en el segundo, con muestras de sangre ingresadas posteriormente. En tal caso, la estrategia de Clarín sería limitatoria, otra vez, a las muestras existentes, no a las que podrían aparecer en el futuro.
4- Estaríamos todos muy tranquilos si la estratagema de Clarín terminara acá, porque en tal caso, tendríamos una respuesta simple: las muestras de Marcela y Felipe deben permanecer en el BNDG mientras sigan llegando familiares de desaparecidos para dejar sus rastros genéticos, tal como se hace en todos los casos.
5- Pero Clarín bien podría conceder este punto, o defenderlo sin ganas, como a un señuelo. En realidad, la apuesta podría ser cortoplacista: permitir el careo de los datos sin precondiciones, jugársela (o tener la data) de que las familias auténticas no están ahí, y propinarle al kirchnerismo una derrota fuertísima justo antes de las elecciones, que se sumaría a lo de Schoklender. O sea: jugársela a que Cristina no reelija. O que se baje.
6- La apuesta de Clarín no puede ser menos que esto. Están arriesgando todo, y es para conseguirlo todo. Es poco probable que puedan resistir a otro mandato kirchnerista. No tienen el fútbol, que era una entrada de dinero fenomenal, se va a empezar a aplicar la clásula de desinversión de la Ley de Medios, todo esto sumado a que los diarios se venden menos de por sí. Esto demuestra que el kirchnerismo podía bancarse 1 año y medio más de espera, y ellos no. Están perdiendo credibilidad sin parar y todos los días. Tienen que dar el golpe de efecto. Se sabe que en el BNDG no están los datos de todos los familiares con niños apropiados. Se la podrían estar jugando, una especie de todo o nada. Da toda la impresión de que aprendieron algo de Kirchner.
7- Todos sabemos qué utilización se le podría dar a un titular como “Al final, Marcela y Felipe no son hijos de desaparecidos”. Una hecatombe nacional y un palazo terrible a los organismos de DDHH. Una derrota política de pies a cabeza. Y en realidad, como Clarín está jugando a contrarreloj, esto demuestra que fundamentalmente no importa si en 1 año aparece la sangre de la verdadera familia de Marcela y Felipe. Lo que importa es hacer que el gobierno pague un costo político incalculable ya mismo, o sea, antes de reelegir.
8- Balance provisorio: Clarín pensó algo que nosotros no. Hay que ponerse a pensar y mucho. La clave es el manejo del tiempo. Si ellos se desesperan por analizarse, lo ideal sería, justamente, empezar a manejar toda clase de estrategias dilatorias. No sé si están al alcance. Esto tendría que verse acompañado de cien mil escaramuzas investigativas, a realizarse ya mismo, para ver dónde está el engaño. Hay periodistas de Clarín que detestan a su trabajo, es una excelente oportunidad para forzar una traición. Hay que buscar a la ex directora del BNDG, a quien Clarín quiso contratar como perito de la causa de Marcela y Felipe, llevarla a 678 y tenerla diez horas en rotación junto con Sarlo, de ser posible. Si se ponen todos los recursos a buscar el hilo suelto de la estrategia de Clarín, va a aparecer.
sábado, 27 de noviembre de 2010
Una hipótesis tenebrosa sobre el vínculo entre la espiral de represión policial y el advenimiento de los jóvenes a la política
Por
Unknown
Por el cro. horca
¿Dónde está el comunicado de La Cámpora repudiando los horribles asesinatos perpetrados por el gobierno de Insfrán? ¿Dónde? ¿Dónde? No nos engañemos: si los jóvenes militantes, simpatizantes o lo que sea no enarbolamos la bandera de la reinvindicación irrestricta de la política antirrepresiva, la vamos a perder. Es tonto pensar que se trata de un hecho aislado. Por casualidad, o por todo lo contrario, en el último mes el kirchnerismo sumó todas las muertes que había evitado en 7 años. Es obvio que estalló un sistema de alianzas y si no tenemos la velocidad para cambiarlo, entonces las alianzas nos van a cambiar a nosotros. Pero las cosas son todavía peores.
¿Dónde se publicó el comunicado de La Cámpora repudiando la violenta y absurda represión en Formosa a un grupo de estudiantes de los más pacíficos que estaban, oh sorpresa, dentro del colegio? A los compañeros que confunden el apoyo con el silenciamiento, les quiero recordar que tenemos la oportunidad de mostrar una iniciativa propia, nuestra, verdadera, es decir, no aprobada "necesariamente" por la conducción nacional. Para decirlo en criollo, nos estamos portando como unos cagones. Hay dos razones para explicar el intenso olor a mierda que desprendemos desde hace unos días: 1) no repudiamos los hechos de violencia extrema contra militantes, 2) al perder la bandera de la no-represión, se la estamos regalando a partidos y agrupaciones que no la pueden sostener más que defensivamente, léase PO y similares, lo cual no sólo es una estupidez política, sino además una irresponsabilidad moral: igual que perder el registro del auto por manejar alcoholizado y dejarle el volante a un chico de 5 años.
Esto demuestra que la estrategia única de la juventud kirchnerista de "defender a Cristina" llegó a un techo, se golpeó la cabeza y ya empieza a sangrar. Una cosa es defender lo que el gobierno hace bien en un contexto adverso (por ejemplo, la 125). Eso tiene valor militante. Otra cosa es defender lo que el gobierno, o sus aliados, hacen pésimamente mal, criminalmente mal. Eso no es de militantes, es, si me permiten volver a la metáfora anal, de cagones.
Pero vayamos a la hipótesis tenebrosa. Haciendo una lectura un poco paranoide, podría suponerse que hay un vínculo muy estrecho entre el crecimiento de la militancia joven y el espiral de represión social. ¿Vamos a hacernos los distraídos? La historia argentina nos ilustra con mucha claridad sobre el destino convencional de los "jóvenes politizados": la muerte. Los palazos que pegaron en el colegio formoseño estaban destinados a nosotros. Los tiros de Pedraza mataron a Ferreyra, pero apuntaban a nosotros. Los tobas, reventados a golpes, somos simbólicamente nosotros. ¿Vamos a subestimar los señales pequeñas pero elocuentes que da la política argentina? ¿Se trata de una casualidad que la represión estatal o para-estatal o sub-sindical haya vuelto a su máximo esplendor JUSTO cuando nosotros estamos asomando la cabeza? ¿Fingimos no darnos cuenta de que los niveles inauditos de violencia y represión atentan directamente contra la participación de los jóvenes en la política, o somos idiotas de verdad, con ganas?
El garante de nuestra integridad física se llama Néstor Kirchner y está muerto. Asumamos eso. Muerto el padre, sólo nos queda crecer, o sea, denunciar estas muertes, marchar, sacar banderas, pedir la cabeza del gobernador y prender fuego la casa de la provincia de Formosa. La otra, más prudente, es permitir que nos rompan la cabeza a cambio de que se mantenga el estrategiquísimo acuerdo con Insfrán, que representa el 1,2% del padrón nacional.
El compañero horca pudo escribir lo que yo no pude. Y estoy de acuerdo
viernes, 12 de noviembre de 2010
La disolución del PF y sus rebotes (?) en Dorrego
Por
Unknown
En fin, lo emocionante de Kirchner es que muerto y todo busca revitalizar al peronismo. Veremos si lo logra de verdad y militaremos para que ello ocurra. Por lo pronto, lo sacó de ese fango vergonzoso en que lo hundieron durante los 90, le pegó una fantástica lavada de cara y lo volvió aterrorizante, como corresponde, como manda la tradición y como quería Perón. Cro horca
Antes, dejo la reflexión del cro. horca en el blog de Abel:
Por supuesto que al peronismo le hubiese convenido una interna que aclare de una vez las cosas. Pero eso era justamente lo que no quería el Peronismo Federal; Duhalde rehusó todas las propuestas. Por lo tanto, la desaparición de ese invento no influye en la ausencia de una “interna real” que defina la orientación del movimiento. Igual no iba a haber.
La desaparición del Peronismo Federal es por lo tanto una excelente noticia. El peronismo llegará unido a las elecciones y con una candidata popular, más tirada a la izquierda que a la derecha, más a la industria que al agro, más al nacionalismo que a las relaciones carnales. Resumiendo: el peronismo, hoy, es kirchnerismo, y en realidad fue así desde el 2003. Los disidentes se deshilacharon porque creyeron e hicieron creer a Carlos Pagni que había un peronismo que no estaba con Kirchner. Accedieron a la desmoralizante verdad gracias a la formidable e inequívoca manifestación de fuerza que hizo el pueblo con motivo de las exequias del líder. En resumen, lo que Pagni comprueba exasperado es que la promesa de los disidentes (venderles el peronismo igual que en los 90) no tenía ninguna base. Duhalde, Solá, Reutemann, De Narváez, Rodríguez Sáa, son traidores impotentes, que no pudieron ni siquiera traicionar. No tienen nada que ofrecerle a Pagni. Y esto es una noticia lindísima. La esperanza blanca del establishment se quedó sin aire.
Sigan el debate, es muy bueno.
Bueno, ahora continúo con lo que puede llegar a pasar en las disputas territoriales de los pueblos como el de uno, como decimos acá, del Cristo para adentro (es que hay una estatua del primer peronista en la entrada del pueblo):
El peronismo en el pueblo está un pocón dividido, el kirchenrismo no, por supuesto. Dentro de esa división, en el peronismo opositor, el de Perón (?) hay como tres o cuatro vertientes distintas. A su vez, aportan dos consejales, de Unión Pro, la alianza electoral entre De Narváez y el cro. Felipe. Uno le responde al ex-gobernador y el otro al ex-colombiano. A su vez, quien le responde al ex-gobernador se ubica políticamente cerca del diputado provincial Marcelo Di Pascuale, ex-intendente montermoseño enemistado con el actual Di Chiara y por ende, antiK. El otro concejal, al Colo, y por ende al cro. (?) Srodek, diputado por CARBAP en la legislatura provincial.
La disolución del PF (no tan clara para mí todavía) traería sus concecuencias en las segundas líneas de conducción. Di Pascuale tranquilamente podría disputar por internas sus aspiraciones. Pero no lo veo al Srodek en la unidá básica, ta' bien que el movimento es amplio, pero tampoco tanto. El diputado se viene el sábado a dar un seminario. Puede que ya empiece su construcción propia. Recursos no le faltan. Recordemos que ya en 2007 fue como candidato en una de las líneas locales del peronismo. Sí, es amplio...
Termino, si se concreta la vuelta de Solá al espacio, se traducirá eso en una unión en parte del peronismo local? Cuánta estructura aportaría? y por otro lado, el núcleo kirchnerista puro y duro, que no es mucho, -ojo, el fiel desde el 2003- cuánto espacio otorgaría?
Mientras, seguimos militando a Cristina. Sin desensillar ni esperar que aclare (?)
martes, 9 de noviembre de 2010
La Ineficacia, por el cro. horca
Por
Unknown
Dejo para que vayan a lo del Fede:
Kirchner no fue un empresario porque le gustara el dinero; su muerte es una prueba de lo muy distinto que era del modelo “capitalista champagne”. Kirchner aprendió a acumular dinero porque la fortaleza del Estado es monetaria. Un Estado económicamente libre puede alcanzar la eficacia de la gestión. Y una gestión estatal eficaz es directamente un ataque a Clarín.
La estrategia de Clarín es mancillar a los futuros candidatos y dirigentes del kirchnerismo, justamente aquellos que están técnica e ideológicamente preparados para complicarle la vida por 20 o 30 años más.
sábado, 6 de noviembre de 2010
La juventud politizada (y algunos recuerdos de los 90). Escribe el cro. horca
Por
Unknown
Bueno, ya habíamos comentado un poco sobre el compañero horca acá.
Ahora tenemos la posibilidad de leer un artículo suyo, para el fusi. Gracias compañero:
La juventud politizada (y algunos recuerdos de los 90)
Por el cro. Horca
Ser joven es ser kichnerista. Esta es la consigna que tenemos que desparramar ahora. La muerte de Néstor Kirchner abrió una grieta inmensa en el sentido común de la sociedad y especialmente en los jóvenes. Obviamente que la situación ya venía perfilándose con el acto en Luna Park, el heroísmo “transgresor” del gobierno y ese rumor dulzón que dio vueltas entre militantes y blogueros acerca de que Kirchner pedía una sola cosa a la juventud: “córranme por izquierda, vamos, no se duerman, no defiendan solamente, avancen, córranme por izquierda”.
¿Por qué tardamos en entender esta requisitoria? ¿Por qué dudamos en dar el paso que damos ahora, afiliándonos compulsivamente a distintas agrupaciones o partidos defensores del proyecto nacional? Una razón es que Kirchner ocupaba demasiado bien el espacio de la inventiva, la imaginación, la polémica. Otra, que no tenemos todavía cien o doscientos cuadros juveniles preparados para organizar las acciones que este país necesita para mejorar. Pero detrás de la causas políticas, atendibles, hay una cultural, a la que se subordinan. Es la siguiente: todavía no lográbamos desprendernos del concepto de juventud que inventó el neoliberalismo en los 90. Todavía dominaba, en parte, la noción de que un joven es alguien básicamente despolitizado, desinteresado, individualista, fanático de MTV o afines, participante de una “tribu urbana”, oyente de Pergolini, de Fernando Peña, incapaz de pensar en otra autodeterminación y libertad que la que dan las vacaciones. Durante esa época oscura, esa verdadera Edad Media de la cultura democrática, la clase dominante organizó un consumo cultural destinado a fomentar el descompromiso, la duda, la incertidumbre ideológica, el desdén, la apatía, la ignorancia. Se propuso invertir los valores de la militancia y su triunfo fue enorme. Los símbolos de la política fueron convertidos en enigmas, en antigüedades, en jeroglíficos. Declaraciones cínicas, que hoy felizmente nos horrorizarían, eran expedidas sin el menor empaque, por cualquiera, todo el tiempo. Un caso que se me viene a la mente es el de cierta edición de la revista Rolling Stone de fines de los 90. Era un anuario y poseía algunas entrevistas a figuras representativas de la década, a las que se interrogaba, precisamente, por representar "perfiles de los 90". Déborah de Corral, una de las invocadas, contestaba textualmente “soy bien de los 90, bastante individualista, y si me pone mal que a algunos amigos les vaya para el orto, no me retuerce”. Al lado de esta declaración había una foto suya, de cuerpo entero, en una posición desafiante y cansada.
¿Déborah de Corral era una agente de la CIA? No, era una joven de los 90. Y como cualquier joven, quería solucionar el conflicto del paso a la adultez por medio de la adopción de los usos y costumbres de sus contemporáneos. Dolores Barreiro dijo lo que “se suponía” que había que decir. No quiso desentonar, no quiso quedar afuera. No podemos juzgar ese deseo de integración, porque es lo más humano que existe, y el precio del aislamiento resulta bastante alto. Los que desentonan no sólo quedan afuera de tres o cuatro tics generacionales: quedan desubicados en fiestas, desubicados en su grupo de amigos, desubicados en la universidad, en el barrio, en la peluquería, tienen problemas para conseguir pareja, para elegir una vestimenta, para encontrar un trabajo (recuerdo con espanto algunas conversaciones con el personal de Recursos Humanos, donde había que repetir una monserga empresarial pestilente y vacía no ya para obtener el puesto, sino para evitar la humillación y la burla; estas lacras psicológicas aún existen y nos asedian); abreviando, los que desentonan no son jóvenes, ni chicos, ni adultos: son bobos sin edad, aburridos sin remedio, depresivos sin medicación y raros sin gracia.
Esta situación, como dijimos arriba, forma parte de la socialización y no podemos cambiarla. Lo que sí podemos hacer, hoy, es conocer su funcionamiento y aprovecharla. Los medios han prestado atención al inesperado advenimiento de jóvenes gritones y compungidos por la muerte de un ex presidente. No esperaban este fenómeno y lo examinan con una curiosidad que pronto dará paso al análisis y por fin a la condena. Pero no importa; nos están prestando un servicio inmenso, porque difunden actitudes y emociones que no se condicen con el supuesto “desprestigio de la actividad política” que centenares de operadores a sueldo han estimulado y luego encuestado y finalmente instalado como norma de la conciencia. Y nosotros tenemos que aprovechar esta situación de desconcierto para propagar una consigna: se terminó la juventud de los 90. Definitivamente. La crisis del 2001 permitió quebrar en parte ese consenso, pero todavía dio lugar a politizaciones vagas, ligadas al romanticismo troskista o la simple desorganización, por falta de estructuras, de programa, de ideología y sobre todo, de líder. Pero ahora se terminó, por fin, todo eso, y con eso, la juventud de los 90. Esto quiere decir que nosotros, los jóvenes politizados, somos los que tenemos la regla de admisión o exclusión al concepto de lo que es un joven. Somos los que podemos instalar la idea imprescindible de que un joven no puede no saber qué hizo Kirchner, qué es la AUH, a qué intereses responde Clarín, cuál es la interna de la CTA, qué fue el Consenso de Washington, etc., etc. Esto no se debe a una directiva genial emanada de la conducción kirchnerista, sino a méritos propios. El manejo diestro de la tecnología, de internet, cosas que el establishment no se cansó de adjetivar como “el futuro” es la punta de lanza de nuestra legitimidad. Kirchner sabía que necesitaba una juventud, pero no sabía nada de blogs. No podía imaginar, ni él ni nadie, que en poco tiempo iban a aparecer doscientos o trescientos analistas políticos menores de 40 años capaces de burlarse del estilo brumoso y falaz de Van Der Kooy. Parecemos modernos y lo somos. Por eso tenemos derecho a que nuestras premisas constituyan la nueva subjetividad joven.
Me acuerdo de otra frase, pronunciada por Rozana Presutti, el personaje que hacía Mercedes Morán en la serie Gasoleros. La cincuentona Roxana comentaba, entre llantos, que ella había militado en los 70 y leído libros de historia y política “porque no quería que pensaran que yo era una boluda”. Por lo tanto, lo que hay que estimular, ahora, son las ansias de pertenencia a la “juventud” que despertó la muerte de Kirchner. Y tenemos que generar una incomodidad enorme en los jóvenes que se nieguen a aceptar el cambio de rotulación. Tienen que sentirse desacomodados, fuera de lugar, casi obligados a participar, de la forma que sea. No hay que entender estos párrafos como una propuesta de manipulación. Como no existen actitudes “naturales”, ni en los jóvenes ni en nadie, lo que hay son acciones sociales y más precisamente, una disputa política por la dirección de esas acciones. Podemos quedarnos tranquilos en lo siguiente: si no nos apropiamos del concepto de lo que es un joven, otros lo harán en nuestro lugar. Basta pensar en Casi ángeles y la remilgada y estúpida juventud macrista, cuya única utopía en la vida es conseguir entradas gratis para un recital o, en su defecto, pagar.
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