domingo, 9 de octubre de 2011

M y sus huellas dactilares


Desde el asiento de atrás, M mira las luces de la autopista a través del polarizado de la 4x4. Volvía. Una hora antes se había bajado del avión, el trabajo estaba cumplido, y la corporación que en breve manejaría por completo, asegurada de la voracidad de sus competidoras. Es que el conflicto respecto a su pasado (y un posible escándalo difícil de manejar), era la oportunidad inigualable para desgarrar en pedazos lo que su padre, que nunca conoció, había comenzado a construir.

Estaba decidido, la duda respecto de quién era realmente hija debía ser aclarada, mejor dicho, debían despejarse las dudas sobre una adopción irregular que comprometía a su madre y derribaría ese castillo de cristal que gobernaría en breve.

Si bien ella era una figura pública, pocas fotografías pueden encontrarse en la web; y las que hay, son de momentos específicos, osea, de hechos puntuales: citaciones ante el juez, entrevistas televisivas, fotos familiares de cuando niña. De cuando niña. Es difícil encontrar fotos de ella en momentos previos al escándalo mediático que significó la sospecha de la legitimidad de su herencia, fotos de meses antes de las primeras citaciones ante la justicia. Pero había que despejar todas las dudas.

Estaba decidido, volvería al país y se sometería a los análisis que la justicia demandaba como la ley lo determina, y sobre todas las cosas, como lo reclaman los querellantes de la causa. Salvo por una cuestión, inesperada. No permitiría que sus huellas dactilares sean registradas. Bajo ningún punto de vista. Muestras de pelo, sangre, lo que sea, no habría inconvenientes. Pero las huellas dactilares no ¿De qué servirían entonces años y años de planificación y sobre todo, de búsqueda de una sustituta? ¿Quién sospecharía que la persona que tenían en frente no era realmente ella? Máxime cuando pocas veces la habían visto en persona y sobre todo, cuando no esperaban que se preste a los análisis después de todo.

M mira las luces de la autopista y sonríe satisfecha, después de dos meses, los análisis dieron negativo.

1 comentario:

Ricardo dijo...

Me gustó. Está muy bien relatado.

Un abrazo.

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