lunes, 3 de diciembre de 2012

Caceroleros globales


El reciente fallo en Nueva York del juez de distrito Thomas Griesa, que la cámara suspendió el miércoles, generó temor incluso entre algunos miembros del establishment. Su miedo es que los lineamientos vigentes para la reestructuración de deudas soberanas se vean comprometidos porque la sentencia premia a los fondos buitre al mismo tiempo que castiga el buen comportamiento de aquellos acreedores que ingresaron al proceso de reestructuración de deuda argentino. Esa es una receta que incentiva a futuro comportamiento de los buitre. Pero hay otra dimensión en la decisión del juez Griesa que el establishment quisiera suprimir. La decisión del magistrado también muestra cómo las elites globales han tenido éxito en construir un sistema legal que protege su riqueza y propiedad, sin importar el impacto sobre la salud de la economía global. Incluso un país importante como Argentina podría ser forzado a ponerse de rodillas por el sistema creado durante la era del neoliberalismo.

La globalización neoliberal tiene como objetivo incrementar el poder del capital, mientras disminuye el poder de los estados soberanos. Lo hace usando la máscara de los derechos individuales. Las corporaciones conservan todos sus derechos corporativos y, en Estados Unidos, se ven reforzados al ser designados como personas con el derecho a la libre expresión. A los individuos supuestamente se los refuerza con los derechos para los inversores. Sin embargo, en la realidad, la posición de los individuos ordinarios (los trabajadores) es socavada y los derechos de los inversores sólo protegen a las corporaciones y a los súper-ricos.


Acá todo.

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