La verdad que teníamos ganas de escribir al respecto hace mucho tiempo, pero bueno, luego de las repercusiones locales de la editorial del periodista fusiladeño Hugo Segurola reflejadas acá y su respuesta a ellas expuestas acá, no podíamos más que escribir en definitiva un humilde pensamiento sobre qué lleva a los periodistas, a la hora de comunicar, a tratar de no romper el discurso imperante, la empatía con gran parte de quienes los leen o los escuchan. Claro está que no es el caso este de Segurola, si no todo lo contrario.
El en su editorial lo cita a Víctor Hugo, y la verdad, que ambos guardan varias similitudes, pues no siendo para nada oficialistas han decidido sí, transgredir la relación con sus escuchantes, incomodarlos, decirles algo que tal vez no esperaban.
Uno recuerda lo escrito por el periodista local sobre "Las siete plagas K" (con su dosis de ironía) o los pases del relator uruguayo con la hijadeputa de Guiñazú justificando la toma de un banco pero no así la de un fábrica o una comisaría. No fueron simpáticas para nosotros esas situaciones y otras tantas.
Pero luego de escuchar a Víctor Hugo hace tiempo ya, declararse anticlarinista a sabiendas que entonces no le iba a quedar mucho espacio para pegarle al gobierno, acepté que igual lo haga, le pegue, pues él, al igual que Hugo Segurola con ese artículo antes linkeado y otros tantos, no han priorizado endulzarle el oído a sus oyentes o lectores por sobre un tratamiento de la realidad, digamos, al menos periodístico.
Pareciera entonces, hoy como no se da desde hace bastante tiempo, y como creo ya hemos dicho, que no sólo existen periodistas a sueldo (además de los oficialistas, señora) para desestabilizar gobiernos, sino también periodistas que sin sueldo alguno creen ganar prestigio sosteniéndose en ese discurso imperante acrítico, vulgar y totalitariamente mentiroso. Periodistas que sin el mero análisis de sus discurso, sólo repiten lo que las usinas de la desinformación emiten, sin siquiera invocar su autoestima y ubicarse en el mismo nivel intelectual que tipos como Blanc, Castro o Gelblung (que no se necesita mucho por cierto) para criticarlos, para dudar de lo que dicen. Es más fácil moverse en el (mal)humor social que ellos mismos han ayudado a generar y esperar las felicitaciones de algún que otro receptor que esperaba escuchar o leer eso que se dijo. ¡Qué lindo es el reconocimiento!
Por eso celebramos desde este humilde espacio que tipos como Segurola o Víctor Hugo Morales se le animen a la antipatía de sus seguidores, aún a riesgo de perderlos, en nombre de un periodismo que recupere el valor escencial de informar y el derecho fundamental de quienes los oyen o leen de informarse. Con este tipo de periodistas a uno le da gusto discentir.
Por último ¿Se imaginan si el que hubiese escrito ese artículo hubiese sidoPablito Marcó? Es sí que recibe sueldo señora...
El en su editorial lo cita a Víctor Hugo, y la verdad, que ambos guardan varias similitudes, pues no siendo para nada oficialistas han decidido sí, transgredir la relación con sus escuchantes, incomodarlos, decirles algo que tal vez no esperaban.
Uno recuerda lo escrito por el periodista local sobre "Las siete plagas K" (con su dosis de ironía) o los pases del relator uruguayo con la hijadeputa de Guiñazú justificando la toma de un banco pero no así la de un fábrica o una comisaría. No fueron simpáticas para nosotros esas situaciones y otras tantas.
Pero luego de escuchar a Víctor Hugo hace tiempo ya, declararse anticlarinista a sabiendas que entonces no le iba a quedar mucho espacio para pegarle al gobierno, acepté que igual lo haga, le pegue, pues él, al igual que Hugo Segurola con ese artículo antes linkeado y otros tantos, no han priorizado endulzarle el oído a sus oyentes o lectores por sobre un tratamiento de la realidad, digamos, al menos periodístico.
Pareciera entonces, hoy como no se da desde hace bastante tiempo, y como creo ya hemos dicho, que no sólo existen periodistas a sueldo (además de los oficialistas, señora) para desestabilizar gobiernos, sino también periodistas que sin sueldo alguno creen ganar prestigio sosteniéndose en ese discurso imperante acrítico, vulgar y totalitariamente mentiroso. Periodistas que sin el mero análisis de sus discurso, sólo repiten lo que las usinas de la desinformación emiten, sin siquiera invocar su autoestima y ubicarse en el mismo nivel intelectual que tipos como Blanc, Castro o Gelblung (que no se necesita mucho por cierto) para criticarlos, para dudar de lo que dicen. Es más fácil moverse en el (mal)humor social que ellos mismos han ayudado a generar y esperar las felicitaciones de algún que otro receptor que esperaba escuchar o leer eso que se dijo. ¡Qué lindo es el reconocimiento!
Por eso celebramos desde este humilde espacio que tipos como Segurola o Víctor Hugo Morales se le animen a la antipatía de sus seguidores, aún a riesgo de perderlos, en nombre de un periodismo que recupere el valor escencial de informar y el derecho fundamental de quienes los oyen o leen de informarse. Con este tipo de periodistas a uno le da gusto discentir.
Por último ¿Se imaginan si el que hubiese escrito ese artículo hubiese sidoPablito Marcó? Es sí que recibe sueldo señora...
3 comentarios:
Victor Hugo puede darse ciertos lujos que su trayectoria le permite.
Eso hace que lo de Segurola sea mas valorable aún.
Es dificil opinar en contra del Sentido Común.
¡Saludos!
El periodismo me hace cagar sangre, hoy leo en perfil; "Nuevos casos de clientelismo: El gobierno nacional construye 7 universidades en el conurbano"
Increíble, no me preocuparía si solo fuese el titulo de un pasquín de cuarta, pero eso prende en la clase media como pólvora, vivir en capital federal es un desgaste mental permanente, te cruzas con tilingos por todas partes repitiendo las mismas boludeces que dice el comunicador/lobbysta de turno.
Si Ricardo, es más valorable todavía, él es un laburante más que depende de su trabajo.
Cte.!!! múdese urgentemente!!!
Leí el titular de las Universidades, la verdad que ya suena a chiste de Barcelona...
Abrazo Cros!!!
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