Un poco de respeto

Hace rato que quería escribir (también) sobre esto.

Yo no me morfé tanto el discurso de que la lucidez de Mauricio y asesores haya hecho que no apelara el fallo que permite el casamiento entre dos topus compañeros (usaré lenguaje homofóbico, como siempre hago, pues dicho con humor e ironía, se que no les jode a los homosexuales, por lo menos no a un amigo maraca que tengo, se caga de risa el quía, además es una especie de gastada a los homofóbicos también, manga de putos reprimidos) porque las encuestas le daban mal. El tipo perdió 10 puntos con su mejor carta (la lisiadita) en las elecciones y siguió como si nada, profundizando el modelo.

Se me cruzó por la cabeza que en realidad todavía tiene esperanzas de zafar de Oyarbide, y entonces, a sabiendas que un juez es un ser humano, que se embronca o se alegra, no quiso molestarlo impidiento el casorio entre dos bepi.

Después además se juntó lo del día de la no violencia contra la mujer; y además también, hoy leo en Página que se condenó por primera vez la trata de personas, con sentiencias que me gustarían más duras (sufro el efecto Susana), pero bueh.

El hombre a evolucionado en mil aspectos, salvo en uno, que mantiene casi intacto desde sus ancestros. El instinto animal machista, de desprecio hacia el débil, el distinto entonces, esa hijaputez de la bestia rubia; así la mujer es sometida desde siempre, y los chicos también, y el consumismo le vendió a esa mujer que puede independizarse y se transformó en un machito más, de pantalones y en oficina, sin nada que hacer en el cada vez más lejano hogar. Nada de amas de casa y máquinas de coser como fomentaba Evita, nada de madrazas, a disputarle al hombre, corrompido de por sí, el lugar en su propio espacio de laburo.

Y podemos bancarnos con beneplácito la homoxesualidad en las mujeres pero no en los hombres, y a ellas les pasa lo mismo, pero al revés. Retomo con esto pues la trata de personas es una de las cuestiones más graves, si no la más, a la que se somete el mundo, y goza de una impunidad total, absoluta. Por ella se arman un sinfín de operetas (guerras, atentados, puestas en escena) para esconder a sus responsables, para poder perpetuarla. ¿Y qué tiene que ver la homosexualidad con la trata? El desprecio, el desprecio hacia el ser humano. Que es inconcebible. Acá es donde el Estado menos presente está. Cada casa puede ser un nido de humillación y de abuso. Nuestro concepto social reprime a los homosexuales, miles de chicos no gustan de chicas y visceversa, sin embargo son sometidos, y no pueden amar en libertad. En los pueblos conservadores como el nuestro ni les cuento. Y además somos ciegos y sordos, y cómplices también, del abuso, que pasa por al lado nuestro y ni mosqueamos.

No nos hagamos los giles. Si los machistas son tan machitos entonces, cuando pegan, cuando insultan, cuando somenten, cuando acosan, cuando violan, cuando trafican seres humanos, que se banquen la pena, que será el alivio de muchos.

Esa es la inseguridad que tiene que plantear señora, y de la que casi siempre se olvida, por machista.

En definitiva, mi amigo siempre me recuerda: "yo soy más que un hombre, pero menos que una mujer..."

El tango, se empezó a bailar entre hombres.