jueves, 27 de septiembre de 2018

El Impuesto a las Ganancias en las Cooperativas



Resultado de imagen para Cooperativas FotosEl Presupuesto Nacional (formulado por el FMI) presentado por el PEN al Congreso Nacional trae como “novedad” la imposición del Impuesto a las Ganancias al acto cooperativo.

Sabido es que las Cooperativas por su naturaleza, no generan ganancias tal como las demás sociedades comerciales, sino, excedentes repartibles o capitalizables según dispongan sus Asambleas de Asociados.

Recordemos que en 1976, en la Ley de Entidades Financieras de Martínez de Hoz, no se contemplaba la existencia de Bancos bajo la forma Cooperativa. La economía social y solidaria no entra dentro la concepción neoliberal de la economía.

Mucho esfuerzo costó lograr que se admitiera su existencia, pero se consiguió.
En diciembre de 2015, desde mi columna en el programa “Voces Cooperativas” expresaba “que no venían buenos tiempos para el Cooperativismo”. ¡Cuánto quisiera haberme equivocado en ese momento!
Lamentablemente acerté; y no por tener facultades especiales de adivino, si no por aplicar simplemente la memoria.

El modelo vigente reconoce a las Cooperativas como expresión de la Economía Social y Solidaria en un enemigo peligroso. Los volúmenes comerciales de las Cooperativas de Consumo, tal como el volumen de los depósitos de la Banca Cooperativa, las cuantiosas inversiones de las Cooperativas de Servicios Públicos son un bocado apetecible para las Grandes Empresas que remesan a sus casas matrices en el exterior las ganancias obtenidas.

Ademas la existencia de empresas fallidas (generalmente en forma fraudulenta) recuperadas por sus trabajadores como Cooperativas de Trabajo tiene implicancias sociales muy profundas, al demostrar los trabajadores su capacidad de administrar y conducir, contrariando así el lugar común de “que los trabajadores necesitan de un empresario que los conduzca”

También desde el mismo Cooperativismo se ha ido dando pie para estos avances destructivos. Adoptar machaconamente el precepto de “empresa cooperativa” por parte de las grandes federaciones, no ha demostrado ser una buena idea ya que ha contribuido a asimilar a las Cooperativas a cualquier otro tipo de sociedad de Capital.

La falta de una definición clara sobre el modelo de país al que el cooperativismo aspira, talvez escudados en el principio de “neutralidad política”, que deberíamos interpretar en lo partidario, pero no en las políticas nacionales, es otro de los problemas que contribuyen a debilitar las defensas que deberemos esgrimir ante el avance de un modelo de país para unos pocos.

Ahora deberemos enfrentarnos a desafíos cada vez mayores, y con las fuerzas debilitadas.

Antonio (el Mayolero)


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