El
Presupuesto Nacional (formulado por el FMI) presentado por el PEN al Congreso
Nacional trae como “novedad” la imposición del Impuesto a las Ganancias al acto
cooperativo.
Sabido es
que las Cooperativas por su naturaleza, no generan ganancias tal como las demás
sociedades comerciales, sino, excedentes repartibles o capitalizables según
dispongan sus Asambleas de Asociados.
Recordemos
que en 1976, en la Ley de Entidades Financieras de Martínez de Hoz, no se
contemplaba la existencia de Bancos bajo la forma Cooperativa. La economía
social y solidaria no entra dentro la concepción neoliberal de la economía.
Mucho
esfuerzo costó lograr que se admitiera su existencia, pero se consiguió.
En diciembre
de 2015, desde mi columna en el programa “Voces Cooperativas” expresaba “que no
venían buenos tiempos para el Cooperativismo”. ¡Cuánto quisiera haberme
equivocado en ese momento!
Lamentablemente
acerté; y no por tener facultades especiales de adivino, si no por aplicar
simplemente la memoria.
El modelo
vigente reconoce a las Cooperativas como expresión de la Economía Social y
Solidaria en un enemigo peligroso. Los volúmenes comerciales de las
Cooperativas de Consumo, tal como el volumen de los depósitos de la Banca Cooperativa,
las cuantiosas inversiones de las Cooperativas de Servicios Públicos son un
bocado apetecible para las Grandes Empresas que remesan a sus casas matrices en
el exterior las ganancias obtenidas.
Ademas la
existencia de empresas fallidas (generalmente en forma fraudulenta) recuperadas
por sus trabajadores como Cooperativas de Trabajo tiene implicancias sociales
muy profundas, al demostrar los trabajadores su capacidad de administrar y
conducir, contrariando así el lugar común de “que los trabajadores necesitan de
un empresario que los conduzca”
También
desde el mismo Cooperativismo se ha ido dando pie para estos avances
destructivos. Adoptar machaconamente el precepto de “empresa cooperativa” por
parte de las grandes federaciones, no ha demostrado ser una buena idea ya que
ha contribuido a asimilar a las Cooperativas a cualquier otro tipo de sociedad
de Capital.
La falta de
una definición clara sobre el modelo de país al que el cooperativismo aspira,
talvez escudados en el principio de “neutralidad política”, que deberíamos
interpretar en lo partidario, pero no en las políticas nacionales, es otro de
los problemas que contribuyen a debilitar las defensas que deberemos esgrimir
ante el avance de un modelo de país para unos pocos.
Ahora
deberemos enfrentarnos a desafíos cada vez mayores, y con las fuerzas
debilitadas.
Antonio (el
Mayolero)
No hay comentarios:
Publicar un comentario