martes, 8 de noviembre de 2011

La práctica de la Democracia en las instituciones Democráticas (II)


Por el cro. Antonio

Si entendemos la Política como una herramienta de transformación de la sociedad hacia el mejoramiento de la vida diaria de la mayoría de los habitantes, no cabe duda que las Cooperativas son una herramienta política muy poderosa. Desde las primitivas cooperativas agrícolas que dignificaron y mejoraron la vida de los viejos chacareros (que no eran viejos entonces...), hasta las de Servicios Públicos (Eléctricas, Telefónicas, de Agua Potable y Gas) que hicieron posible la prestación del servicio en lugares donde las Grandes Empresas nunca irían por su baja rentabilidad.
Todos estos temas ya los he transitado en abundancia en varios posteos en este blog, por lo que me voy a eximir de reiterarlos.

A lo que apunto (o quiero apuntar ahora) es que hay un amplio campo de acción abierto al Cooperativismo en las actuales y futuras circunstancias. Y que como bien apunta uno de nuestros seguidores en un comentario al post anterior, muchas cooperativas han desvirtuado sus propósitos originales, y se han transformado en comunes sociedades manejadas por unos pocos, sin beneficios concretos para sus asociados, cuando no en órganos cuasi partidarios, utilizadas como soporte de otro tipo de proyecciones políticas.

Y creo sinceramente que se abre un campo de militancia (en lo político no partidario) dentro de las instituciones. Los planes de crecimiento planteados como parte del modelo y su profundización deben tener a las Cooperativas locales como actores principales. Si la transformación de los commoddities agropecuarios debe, (y es indispensable que así sea) concretarse en sus lugares de origen, es impensable que tal cosa suceda sin el concurso y colaboración de la o las Cooperativas de Servicios locales.

Y esto es un asunto que compete a todos los habitantes de esos lugares, que "casualmente" por el hecho de tener su medidor de luz, son copropietarios de la Cooperativa en igual medida que cualquier otro habitante de ese lugar. Y esto no puede quedar librado a los intereses particulares de nadie.

Un resultado electoral del 54,11% promedio, no puede ser ignorado. Más de la mitad de los votantes eligieron la continuidad y profundización de un modelo económico y social, y ese proceso debe ser consolidado en todo lugar.

Y no siempre debemos culpar a los que conducen las instituciones, sino que debemos mirarnos entre nosotros y preguntarnos qué es lo que hemos hecho o dejado de hacer, para que se produzca ese estado de cosas.

Debemos entender en primer lugar que muchas de las transformaciones que planteamos y votamos, pasan también por nuestro accionar diario, y que no debemos esperar que las hagan los demás cuando están a nuestro alcance.

Esto no va a ser tan fácil, pero lo seguiremos conversando.

--
Antonio (el Mayolero)

2 comentarios:

Camino a la 26 dijo...

El punto es como se balancea la vuelta atrás del modelo de los '90 sin ir a un comunismo barato que ya sabemos como termina.-
Por otro lado, el cooperativismo fue implosionado en gran medida por los mismos cooperativistas. El clásico "no te metas", "a mi no me toca(por ahora)" y varios dichos más de esta calaña le pusieron el moño al menemato.-
Es una discusión que me parece fantástica. En lo que no estoy de acuerdo es con muchos de los que la están dando y en como la están dando algunos.-
Aunque es mejor darla que seguir como estabamos.-

Antonio (el Mayolero) dijo...

Coincido totalmente. Por eso resalto el hecho que es una filosofía solidaria que se funda en el accionar colectivo constituída por individualistas. Mi intención es precisamente esa, hacernos cargo de esa contradicción como un hecho preexistente, y precisamente dar esa discusión aunque algunos de los actores no nos guste.

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