martes, 1 de septiembre de 2015

Serie Inundaciones: Factores Concurrentes (X)

Soja sobre soja en siembra directa
Suelo desnudo.
Maiz en siembra directa sobre trigo
Observese la cobertura del suelo
La agricultura, tanto como la ganadería, son actividades de mediano y largo plazo. Están regidas por reglas biológicas propias de cada una de las especies que de cultivan o crían. Los tiempos comerciales o financieros se rigen por otros tiempos. Generalmente, "la mayor ganancia en el menor tiempo" es su regla de oro, y armonizar esos criterios tan disímiles es toda una fuente de conflictos interminable.

Los regímenes de tenencia de la tierra, cuando son librados al "mercado" tienden a cumplir con esa regla "de la mayor ganancia...." En la explotación agropecuaria hay dos posibilidades en materia de tenencia, ser propietario, o ser arrendatario. Tuvimos una ley de arrendamientos (13246/48) que estipulaba una duración mínima de cinco años para los contratos, lo que permitía una planificación a mediano plazo en el que el arrendatario tenía plazo para amortizar laboreos y rotaciones, que permitían una mejor conservación del recurso suelo, el único factor no renovable de la actividad.

Esta ley fue derogada en 1967, pero quedaron vigentes algunas salvaguardas que finalmente fueron dejadas de lado en 1976/77 legalizándose así los "arrendamientos por ciclo", en que el arrendatario no tiene seguridad que al término del ciclo, pueda seguir trabajando el mismo predio, obligandolo a ajustarse a la regla de "la mayor ganancia en el menor tiempo".

Al mismo tiempo, se vino desarrollando la técnica de la siembra directa, que en si y por si, como toda técnica desarrollada por el hombre, no es ni buena ni mala. Todo depende del uso que el hombre haga de ella. El desarrollo de nuevos herbicidas permitió la instalación de la técnica del "barbecho químico" reduciendo considerablemente las labores agrícolas, y el parque de maquinaria necesario, y por lo tanto abaratando costos en la agricultura. Junto a esto, la aparición de especies genéticamente modificadas incrementó considerablemente los rendimientos por hectárea.

La siembra directa fue concebida para su uso dentro de un sistema de rotaciones, donde distintos cultivos se van alternando, y sus residuos (rastrojos) se van incorporando. De todos los cultivos en vigencia, justamente el mas difundido en extensión, la soja, es el que menos rastrojo deja. En un par de meses el suelo queda prácticamente desnudo. Si hay sequia, se vuela, y si hay lluvias el impacto de las gotas crea una especie de "cascara" que hace que el agua en lugar de permear, corre.

Por otra parte el uso contínuo de la siembra directa  ha creado una compactación superficial del primer horizonte, que (sospechamos algunos) dificulta la capilaridad natural.

Estos son los desafíos de la práctica agrícola actual y futura, y sus consecuencias sobre el medio ambiente rural y urbano. Sé que está empezando a preocupar a los actores principales y que se están empezando a realizar descompactaciónes utilizando cinceles (o paratil, otro implemento de efectos similares), pero éstas prácticas no son posibles en campos alquilados, donde el arrendatario no tiene seguridad sobre su continuidad, que le permita amortizar un laboreo costoso.

Los fundamentalismos a nada conducen, salvo a perder el tiempo para pensar soluciones de fondo. No se trata de optar entre la antigua labranza convencional, y la siembra directa, sino de sentarse tranquilamente a pensar todos en algo que nos permita una explotación racional, sobre todo, pensando en todos, no en la solución individual de los problemas propios o los del sector al que pertenezcamos.

El "Cambio Climático": antes que existiera el hombre, ya se registraban estos cambios, y después de la aparición del hombre también los hubo, Florentino Ameghino no los predijo, solo los registró y nos advirtió "Ojo muchachos, que esto ya pasó"; hubo sequias e inundaciones. Y también debemos observar que este período de lluvias que comenzó en 1980, ha permitido el desplazamiento de la ganadería a lugares como el sur de la Provncia de San Luis, y otras zonas marginales donde podemos ver novillos lustrosos, pasturas relucientes y lagunas naturales, cuando antes eran tierras prácticamente baldías con una mínima carga animal.

Todos estos (y otros tantos que no figuran en esta reseña) son los "Factores Concurrentes" a estos desastres naturales, que no se solucionan con recetas facilistas de sacar el agua de un lado para mandarla a otro lado.

Fin de la serie.


3 comentarios:

Nando Bonatto dijo...

Para publicarlas todas juntas dignas de un libro

Mariano T. dijo...

Estoy bastante de acuerdo en muchas cosas. La siembra directa sin rotaciones es un sistema tuerto, fuera de su espacio de diseño.
Lo de la compactación es relativo, la siembra convencional compacta más, solo que 15 cm mas abajo.
Hay que reflexionar sobre el retroceso de los 2 cultivos que equilibran el sistema:El trigo y el maíz. Es indudable que la causa es la política agropecuaria del gobierno. Con otra política, llegarían a supeficies record en un par de años.
Es increíble que en toda la zona núcleo, donde la soja de segunda tiene poca diferencia con la de primera y el trigo rinde 40-50 quintales, los suelos esten en barbecho desde Abril hasta Noviembre. Eso, además de lo que mencionaste sobre el pobre rastrojo, causa que se consuman 400 o 500 mm menos en zonbas donde llueven 1000

Antonio (el Mayolero) dijo...

Mariano, por eso planteo que de ninguna manera volver a la convencional sea una solución, pero estoy viendo a traves de una pequeña compulsa entra los amigos que siguen en actividad que se esta empezando a ver (y practicar)y practicar una descompactación incorporando un par de pasadas de cincel cada res o cuatro ciclos.
Coincido en que deben darse las condiciones económicas para que el trigo y el maíz vuelvan a tener la importancia que siempre tuvieron.

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