Cristian y el paraíso

Por Garufa

El compañero Franco me tira un pase al pie unas entradas antes, pero luego me chutea directo a los huevos. La Muerte de Cristian es un chutazo en los huevos.

Recuerdo haberlo visto trabajar de albañil, me reconforta cuando veo a los pibes laburando de albañiles, pintores, herreros, panaderos...todos esos oficios olvidados y despreciados por los nenedemamá que sólo conciben su futuro con una placa de bronce al lado de la puerta donde viven.

Lo de Cristian parece inexplicable de suceder en el paraíso. Nuestro pueblo es el paraíso, nada de infierno grande.

Hace unos años recuerdo a un en ese entonces funcionario municipal (hoy candidato) exclamar a viva vos ante cientos que en el Pueblo del Fusilado no existía la pobreza.

Buenísimo su concepto, desde su perspectiva entonces no existía la violencia doméstica, el abuso sexual, las drogas, la exclusión, el racismo, en fin, la discriminación...

Esos son problemas de los pobres...

Yo supongo que Cristian y otros tantos pibes que el Pueblo del Fusilado desangra año a año a borbotones no se han enterado que vivían en el Paraíso, o tal vez cuando se dieron cuenta, no supieron como vivirlo.

Acá no pasa nada, tenemos una alfombra bien grande para esconder la basura, nuestra miseria, nuestra hipocresía. Hoy lloramos, mañana volvemos a reír.

Cuando nos tocan la billetera nos organizamos rápido para defenderla, nos acompañanan todos, hasta la mismísima casa de Jesús.

Cristian? y bueno, era un pibe de los suburbios, ya se ensayan respuestas para justificar su acto, que esconden el principal motivo. Su color de piel. Ese maldito pigmento genético todo lo justifica. Es que para esos chicos no está hecho el Paraíso. El Paraíso está hecho para vivirlo, y en él no pueden existir las desigualdades, no pueden.

Llueve, será que el Fusilado llora la muerte de otro de sus hijos. En unos días saldrá el sol, el Fusilado lo habrá recibido; muchos de nosostros ya habremos olvidado para ese entonces.