lunes, 5 de septiembre de 2011

El verdadero rol del periodismo



Pocas, por no decir escasísimas, son las sociedades que han logrado abrir la caja de Pandora de los medios de comunicación desplegando un debate público y transversal formidable que marca un antes y un después en la historia política, cultural y comunicacional del país. Desde hace décadas, eso es más que evidente para cualquier observador, que los fenómenos mediáticos asociados a la industria del espectáculo y la información son temas de análisis académicos y teóricos (allí, por lo tanto, no se encontraría la novedad argentina). Lo original, lo inusual y aquello que marcó la diferencia fue que saliendo de ámbitos reducidos propios del mundo universitario y de congresos para especialistas, lo que se desplegó entre nosotros fue un debate que atravesó a la sociedad, que la convocó y la conmovió desbordando los límites infranqueables y haciendo saltar los mecanismos del prejuicio y develando lo que permanecía velado para la mayoría y como estructura del secreto celosamente resguardada por el poder corporativo. Y eso fue posible porque se dio en el espacio público y en el interior de una extraordinaria coyuntura política que habilitó un conflicto recreador de la vida democrática.
http://veintitres.elargentino.com/nota-3304-politica-La-disputa-por-el-sentido-y-el-14-de-agosto.html

Y quiénes son sinó, los medios, los encargados de relatar la historia, de escribirla, desde Candela hasta el Terrorismo de Estado. Las cosas son según cómo nos las cuentan, por eso pensar de alguna manera en reclamarle eticidad a los medios de comunicación es, al menos, contradictorio. No son ellos los que deban promover los valores universales, no, están para otra cosa, y en todo caso, para configurar el escenario para que esos valores sean unos y no otros. La herramienta máxima del poder. Su bomba H. Bueno, de hecho fueron los medios los que justificaron Hiroshima y Nagasaki para evitar más derramamiento de sangre.

Lo interesante de lo que plantea Forster es la posibilidad, hoy concreta, que tenemos como sociedad para disputar la pluma esa que determina de donde venimos y hacia donde vamos, y lo más importante, en un comienzo de siglo donde el acceso a la  información se ha facilitado, pero más importante, se ha facilitado la posibilidad de construir información.

En momentos de nuevas definiciones, de nuevos roles a cumplir, la verdá que la máxima de Gaby Weber sobre el periodismo nunca estuvo más acertada, es a la verdad, lo que la prostitución al amor ¿Por qué pedirle algo que nunca fue, máxime durante el devenir de la sociedad capitalista/consumista y por ende individualista?

El rol ése debiera reclamársele  sobre todas las cosas al pueblo que es objeto de su opresión.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que hay excepciones Manuel; en lugares chicos, como el nuestro, los medios y periodistas, en su gran mayoría, no hacen de la noticia un espectáculo y no se meten con la vida privada de nadie, entre otras cosas.

Unknown dijo...

No, no me refiero a las personas, por supuesto, me refiero al periodismo como concepto, como utilidad. Justamente creo que en pueblos como el nuestro se hace contraperiodismo, por así decirlo.

Anónimo dijo...

pelotudo importante este gaby weber

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