miércoles, 29 de febrero de 2012

El arsénico en el agua, la situación en Dorrego



En estos días otra vez es tema de discusión en el pueblo algo que es recurrente a lo largo del tiempo, el contenido en exceso de arsénico en el agua potable y sus efectos a la salud. Pero contextualicemos un poco:

El arsénico como buena parte de otros minerales fue lanzado a la atmósfera hace una pila de años cuando se formó la cordillera de los Andes, por lo tanto, está en el suelo de buena parte de nuestro ispa, y de otros ispas y continentes donde sucedió cosa similar. Ahora bien, se especula que hace medio siglo aproximadamente ese arsénico cambió químicamente y entonces sí el agua de lluvia lo arrastró hacia las napas subterráneas desde donde buena parte de las poblaciones toman el agua, por eso su exceso es un mal endémico. No es una cuestión exclusiva de nuestro pueblo o del sudoeste bonaerense, ahí donde haya pozos para extraer agua, habrá arsénico. Esto explica además, el dilema este de "mis abuelos tomaron agua de la canilla toda la vida y no les pasó nada".

Ingenieros de la PLAMIMU, en un estudio sobre los contenidos de arsénico en la provincia de Buenos Aires descubrieron que en las sierras de Tandil había un foco con ausencia de esta substancia, que se encuentra en toda la provincia. La explicación, arcillas con alto contenido de hierro, el encargado de retener el arsénico para que no se disuelva en el agua. A partir de ello comenzaron a desarrollar plantas de purificación con esta arcilla, que pueden abastecer pequeños caseríos y escuelas rurales a mínimo costo.

¿Es posible aplicar esta tecnología en un pueblo de 15.000 habitantes? No, claro que no, una de las soluciones es la ósmosis inversa, una membrana que filtra sustancias químicas desmineralizando el agua, hoy el procedimiento más usado. Pero tiene sus inconvenientes, es costosa, hay que remineralizar el agua (cortarla con agua sin tratar) pues retiene también minerales esenciales , y además, el arsénico sustraído generalmente es nuevamente arrojado al suelo asegurándose así la contaminación del mismo nuevamente. Por lo que los investigadores proponen que ahí donde haya cursos de agua, las poblaciones eviten la ósmosis y tomen agua de esos ríos o arroyos, potabilizándola luego, claroestá.

¿Cuál es la situación actual en nuestro pueblo? La OMS y el Ministerio de Salud de la Nación establecen que el nivel máximo tolerable de arsénico en el agua es de 10 partes por billón (ppb), los parámetros anteriores eran de 40ppb. El agua de red, análisis recientes indican que el agua que sale de la canilla en nuestro pueblo posee 100ppb, claro que es un dato que puede variar, pero es un índice que puede tomarse como rango.

A raíz de esto el gobierno municipal entrega bidones con agua para el consumo, agua tratada en una planta de ósmosis inversa a mediana escala que reduce a 5ppb el índice de arsénico. Esto aseguraría que el agua "desarsenificada" sea para consumo y nada más. Pero no es la solución más cómoda. De ahí el anuncio de la construcción de una planta más grande.

Una opción para evitar la ósmosis sería el aprovechamiento del dique de la ex-usina de Oriente sobre el río Quequén, que vía acueducto también abastecería a la localidad de El Perdido y sumaría puestos de trabajo en el pueblo de donde se extraería el agua.

Como dato extra para los fans de la invasión imperialista por nuestros acuíferos, tengan en cuenta que los mismos están un poco envenenados, digo, como para avisarle a los marines.

1 comentario:

Mariano T. dijo...

pensar que Mempo Giardinelli, en Pagina 12 y por TV, le echaba la culpa del arsénico a la soja.

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