Creo necesario tener en cuenta estas cifras para tratar de dimensionar los eventuales resultados por distrito y entender que cualquier ciudadano/a que aspire a ser Presidente/a de la Nacion debe tener un despliegue territorial lo suficientemente amplio para ser conocido y tener seguidores de su pensamiento en todos los lugares imaginables. Una fuerte presencia en un distrito no es suficiente. Puede ser importante para ese distrito o provincia. (Véase si no la persistencia del Movimiento Popular Neuquino en el gobierno de su provincia, y la lamentable "performance" de Jorge Sobisch a nivel nacional el 2011).
El pensamiento nacional, iniciado en nuestra historia moderna por Leandro N. Alem, el primero en vertebrar un movimiento político con densidad suficente como para llegar al gobierno, tuvo (y sigue teniendo) una discrepancia fundamental con gran parte del pensamiento político generalizado por nuestra formacion y educación. De ahi la insistente y errónea costumbre de querer catalogar como izquierda o derecha a nuestras expresiones políticas utilizando parámetros europeos, que al surgir de la falsa premisa de que somos incapaces de generar un pensamiento latinoamericano, termina en estériles discusiones "vicentinas"....
Un eurocentrismo cultural muy bien disecado por Jauretche o Hernández Arregui, en cuanto a nuestra colonizacion cultural.
Hoy dia el manejo de la comunicación, pretende hacernos creer que una elección o un balotaje en la CABA es (o sería) determinante de todo un proceso electoral nacional, que debe reconocer matices, particularidades, aspectos locales o provinciales que hacen a la diversidad de las distintas realidades de nuestra dilatada Patria.
El "porteñocentrismo" nacido en los albores de nuestra constitución como Estado-Nacion sigue presente en cada debate político. Ese porteñocentrismo patente en los "Escritos Póstumos" de Alberdi donde tardíamente descubre lo que ya Charles Darwin había descubierto en 1833/34, que Buenos Aires era una ciudad de especuladores, contrabandistas, y comerciantes (en el sentido peyorativo de la palabra) sin otro norte ni sentimiento que el provecho propio a costa de lo que sea menester.
La ahora llamada pomposamente Ciudad Autónoma de Buenos Aires, no ha dejado de ser aquello que el "Negro Cele" (Celedonio Flores) describiera en "Margot":
Desde lejos se embroca,
pelandruna abacanada,
que naciste en la mugre
de un cuartucho de arrabal.
Hay un algo que te vende,
yo no sé si es la mirada,
la manera de sentarte,
de vestir o estar parada,
o tu cuerpo acostumbrado
a las pilchas de percal.
Ese cuerpo que hoy te marca
los compases tentadores
del candombe de algún tango
en los brazos de un buen gil,
mientras triunfa tu silueta
y tu traje de colores
entre risas y piropos
de muchachos seguidores,
entre el humo de los puros
y el champagne de Armenonville.
Son mentiras, no fue un guapo
compadrón ni prepotente,
ni un malevo veterano
el que al vicio te lanzó.
Vos rodaste por tu culpa
y no fue inocentemente,
berretines de bacana
que tenías en la mente
desde el día que un magnate
de yuguillo te afinó.
Siempre vas con los muchachos
a tomar ricos licores
a lujosos reservados
del Petit o del Julien,
y tu vieja, pobre vieja,
lava toda la semana
pa' poner para la olla
con pobreza franciscana
en el viejo conventillo
alumbrao a querosén.
Yo recuerdo no tenías
casi nada que ponerte;
hoy usas ajuar de seda
con rositas rococó...
Me revienta tu presencia
pagaría por no verte;
si hasta el nombre te has cambiado
como has cambiado de suerte,
ya no sos mi Margarita,
ahora te llaman Margot.
Antonio (el Mayolero)
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