viernes, 17 de julio de 2015

"El que gana su comida...

... bueno es que en silencio coma,                                                      
Ansina vos ni por broma
quieras llamar la atención.
¡Nunca escapa el cimarrón
si dispara por la loma".

Así aconsejaba a uno de los hijos de Fierro, el Viejo Vizcacha.

Hay actividades "non sanctas" que requieren de una cierta discreción y "estilo" (ver posteo anterior) de  forma de no llamar la atención. Y corporaciones que hacen de esto un verdadero culto, donde se cocinan y ejecutan los mas siniestros enjuagues y cuya difusión sería escandalizante para las gentes del común.

El ambiente judicial abunda en este tipo de actitudes, y pocos de sus integrantes pueden escapar a este común denominador. Todo el mundo sospecha que hay algo podrido ahi adentro, pero esa "discreción y estilo" y el espíritu corporativo hace que sea muy difícil que esas agachadas salgan a la luz, y por consecuencia al implacable escrutinio de la ciudadanía.

En algunas épocas, la Corporación, como herramienta fundamental del establishment, contaba con brazos ejecutores por decirlo así, "tercerizados", y entonces "Grupos de Tareas" se ocupaban de los aspectos mas siniestros de las operaciones, inclusive aliviandoles el trabajo de andar fundamentando y redactando ordenes de allanamiento y todas esas cosas tan engorrosas.

Los ejecutores "tercerizados" fueron a parar a la cárcel, en algunos casos enviados por sus propios mandantes, cuando todo aquel horror quedó al descubierto. Pero la necesidad del establishment de contar  con un servicio de Justicia que convalide sus latrocinios sigue tan vigente ahora como entonces. Y la Corporación Judicial se bañó en las aguas delo Jordán y purificó sus pecados, para seguir como si nada hubiera sucedido.

El problema es que ahora, al no contar con mano de obra "tercerizada" se ven obligados a actuar a la luz del día. Y echar mano a lo que puedan encontrar.

Esto tiene un inconveniente. LLAMA LA ATENCIÓN. Y mucha gente inadvertida, se entera de las andanzas de un Juez de la Nación como Bonadío, y apelando a esa ancestral desconfianza del hombre de a pié para con la Justicia y sus resortes se empieza a interesar por estos sucederes.

Esto le crea a la Corporación un grave problema de fondo. Se desgarra el cortinado de la hipocresía, y se empiezan a quedar desnudos.

La pregunta es. ¿Cuanto tiempo está dispuesta la corporación a bancar a Bonadío y sus obscenas manifestaciones de prepotencia? ¿En que momento se tornará peligroso para sus pares tanta exposición mediática?

Antonio (el Mayolero)

1 comentario:

Mariano T. dijo...

La maniobra para sacar a Bonadío fue la confesión de culpabilidad de la familia Kirchner.
En lo que a mi respecta, el caso esta cerrado y con veredicto: La plata esta lavada

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