Sobre los subsidios a la apicultura

Ayer me crucé con un viejo apicultor y cristinista y nos pusimos a charlar un rato. La apicultura es una de las actividades agropecuarias más significativas de nuestra región, pero parece que no paga tanto políticamente, emplea más gente que la olivicultura pero la aceituna acá no sólo tiene fiesta propia sino que también ya es símbolo del distrito.

Es que el apicultor acá es un laburante, casi siempre hijo de las crisis que encuentra en el precio internacional de la miel a granel, la salida. El 2001 y meses después en la devaluación, fue una de las mejores épocas. Pero el advenimiento de la siembra directa, que te mata las flores de las malezas, y la sequía, dificultaron la actividad hasta el punto de reducir bastante la cantidad de quienes se dedican a cosechar miel.

La cuestión es que en la charla en defensa del gobierno naquipop y sobre todo de la Compañera Cristina, me contó que en sus veintipico de años de apicultor ningún gobierno brindó subsidios a la apicultura, hasta la llegada del kirchnerismo redundantemente peronista. Hasta se refirió, textual, al compañero Moreno, quien cuando vió que no había azúcar para alimentar a las abejitas en invierno, cerró las exportaciones. Destilaba esperanza en sus palabras. Esperanza hacia un gobierno que atiende el consumo interno según sus palabras.

Sobre los subsidios a la apicultura en zonas críticas pueden leer algo acá compañeros, otra muestra más de esta interacción Nación-Municipios que tantos réditos está dando.

Acá algo sobre las restricciones a la exportación del azúcar.

Es bueno escuchar el reconocimiento de un apicultor para con nuestro gobierno, muchos apicultores obligadamente debieron apoyar a los crispados de las rutas en 2008, pues están de prestados en los campos con sus colmenas, por lo que la relación con el patrón de estancia muchas veces se torna difícil.