domingo, 8 de julio de 2012

Para la cola de la carnicería


Expliquelé compañera, a Doña Rosa, que seguramente está muy preocupada por la coparticipación federal, de qué va la cosa, y además, de cómo el gobierno nacional le transfirió a la provincia, más dinero que su propia ejecución presupuestaria. Dele, no sea mala:


La reforma constitucional de 1994 agregó otra dificultad al atribuir poder de veto a todas las provincias en la coparticipación ya que ningún cambio podrá sancionarse “sin la aprobación de la provincia interesada”. Por eso han pasado 24 años y seis presidencias en las que se le aplicaron 104 parches pero no fue posible modificarla. Esto sin duda ha reforzado la discrecionalidad de la Nación, pero Buenos Aires no puede quejarse de sus resultados. Como explicó Lorenzino, el gobierno nacional ejecutó en esa provincia el año pasado 95.000 millones de pesos de su propio presupuesto, con inversiones que implican mayor actividad, consumo e impuestos provinciales. Se hizo cargo de 2,2 millones de jubilados, pensionados y veteranos bonaerenses que cobraron 48.000 millones de pesos; pagó 21.000 millones en subsidios por el transporte de 6,8 millones de bonaerenses, el gas y la energía que consumen; aportó otros 20.300 millones en asistencia social, planes de empleo, vivienda e infraestructura y 5.600 millones a las universidades que funcionan en la provincia y el fondo de incentivo a los docentes. Con el Programa Federal de Desendeudamiento redujo el stock de deuda provincial en 4.100 millones e intereses a pagar por otros 22.600 millones, lo cual equivale al costo de construir 6.000 escuelas. Entre 2003 y 2011 Buenos Aires se llevó el 54 por ciento de la asistencia financiera nacional a las provincias para pagar deudas y cubrir déficit. Las transferencias de la Nación en 2011 superaron largamente la propia ejecución presupuestaria provincial: 133.000 contra 97.600 millones de pesos. Para colmo de males bonaerenses el propio texto constitucional ordena que la distribución entre la Nación, las provincias y la ciudad de Buenos Aires y entre éstas “será equitativa, solidaria y dará prioridad al logro de un grado equivalente de de-sarrollo, calidad de vida e igualdad de oportunidades en todo el territorio nacional”. La misma dificultad se aplica al Fondo del Conurbano, instituido por Carlos Menem como condición de Eduardo Duhalde para renunciar a la vicepresidencia y competir por la gobernación en 1991, y congelado por Fernando de la Rúa en los estertores de su mandato. El 10 por ciento del impuesto a las ganancias se distribuye según el mismo esquema de la coparticipación, con lo cual toda modificación que beneficie a Buenos Aires se enfrenta con la resistencia de las provincias que más reciben, que son Córdoba y Santa Fe.
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-198195-2012-07-08.html

1 comentario:

Anónimo dijo...

De todas formas compañero, Doña Rosa (Magdalena - O´Donnel - Majul - Leuco - Bravo - Larrata - Sarlo) no ve, no oye ni escucha. Como los monos. La Provincia de Buenos Aires y la Capital Federal seguirán siendo para ella los distritos esquilmados y abusados para el mantenimiento de vagos. Para las viejas de la feria (Blanck, Pagni. Van der Kooy, Fontevecchia, Alfano, Tenembaun, Zloto, Castro) cada subsidio que reciben es cuestión merecida, es más debería ser el doble ya que son lo únicos que generan riqueza en el país...

Su informa Coronel presenta un buen y claro panorama sobre el estado de situación real.

Sala

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