El Enemigo Principal

Por Garufete (que dejó de ver un poco de fobal)

Disculpen si soy reiterativo, pero a sabiendas de que es mejor eso para ser claro que no serlo, prefiero serlo a no serlo.

Después del comentario vertido por un Anónimo chacarero (no veo por qué uno debe desconfiar de esa condición en un anónimo), como que me puse a reflexionar sobre si "El Matrimonio" es el verdadero, el único, el enemigo principal del pequeño y mediano chacarero.

A los campesinos los excluyo de este análisis, basados en la economía familiar, no tan amigos de las tecnologías de punta, amigos sí de la naturaleza, su producción a baja escala los ubica en un sector muy difícil de confrontar, aún si tienen reclamaciones para con el gobierno nakypop, no progre, peronista.

En cambio el chacarero medio, pequeño, es casi como la clase media del universo de los productores agropecuarios, que va desde un tipo como Grobocopatel hasta un laburante boliviano con su quinta de cuarto de hectárea.

Podríamos definir al pequeño chacarero como aquel que no tiene la vaca atada, y que a la menor variación de las condiciones, ya sean económicas o climáticas, puede ver perjudicada su ganancia anual de subsistencia. La cual dista de ser con excedentes como para comprar la Hilux 0km. A ellos no se refería la compañera cuando le hablaba al "piquete de la abundancia".

Este pequeño chacarero, laburante, casi nunca propietario, que practicamente no tiene empleados y hace todo a pulmón, fue uno de los núcleos que votó a Cristina, porque confiaba en el proyecto que le permitió previsivilidad y progreso, saliendo de la crisis y deuda en la que los '90 lo hundió, con remates incluídos.

Sin embargo, cuando las condiciones de los sojeros, que nunca son pequeños o medianos chacareros, fueron cambiadas, la actitud del chacarero medio cambia abruptamente, y lejos de buscar el concenso, el diálogo, las explicaciones por parte de quien confiaba para saber si realmente la medida tomada lo perjudicaba, se pone violentamente en su contra, del lado de los grandes productores.

Y ete aquí el gran problema: Una de las variables que puede damnificar al pequeño chacarero es la económica. Lo fue la suba de la soja a fines de 2007, aumentando los arrendamientos que el mediano y pequeño no podía pagar, quedandose sin qué arrendar y entregándole la tierra en bandeja a los grandes pooles.

También las condiciones de usura con que muchos consignatarios y acopiadores mantienen en actividad a varios chacareros es elemento de esta variable, induciendo y obligando a prácticas agrícolas no siempre deseadas con tal de usar insumos propuestos por ingenieros de turno al servicio de las grandes Químicas. Como ya se ha dicho, el pequeño chacarero termina siendo un empleado a tanto de las grandes Corporaciones agroalimentarias y agroquímicas. Como el peón que es pagado con vales que puede cangear sólo en el boliche de su patrón.

Este punto es bien importante porque se relaciona directamente con al otra variable, la climática. El empobrecimiento del suelo, año a año, es consecuencia (y luego causa) de esta práctica agrícola química y mecánica, que entre glisfosato y otros venenos, fertilizantes, siembra directa o arado, quita la fertilidad y extructura al sustrato, única arma con que cuenta para enfrentar los años de sequía con la humedad suficiente, para no ver volar los campos a través de la ruta.

Así puestas las cosas, uno se lamenta que el pequeño productor todavía no se de cuenta cual es su enemigo principal, ese con el que casi duerme, con el que tiene al lado, y que además, le señala a quien tiene que combatir, casi diciéndole "combatite a vos mismo".