Caso raro el de Uruguay, después de años y años de bipartidismo y militares, el brazo político del mayor grupo armado es gobierno, y uno se sus jefes, luego de ese primer mandato, es elegido presidente.
Uno de los dos principales Jefes de Tupamaros es elejido casi por la mitad de la población.
No deja de ser extraño que ex-guerrilleros gocen de buena salud en patrias burguesas como las nuestras, sobre todo en Uruguay, no tan acostumbrado a los descalabros políticos.
A principios de este año, cuando Martín Torrijos perdía la presidencia de Panamá, la prensa libremercado salió con los colmillos a la yugular de la Latinoamérica peronista, a decir que se acababan los gobiernos nakipop y que volverían los serios y sensatos paladines eurocéntricos a poner orden a las democracias latinoamericanas. Nada de eso pasó, ganó Chávez su referendo de reelección, ganó Evo su constitución, al igual que Correa, ganó el Frente Farabundo Martí en el Salvador, ya había ganado Lugo en Paraguay; y a pesar de perder el 28 de Junio, nuestro gobierno peroncho se alzó con una victoria impensada por los que todavía festejaban aquellas elecciones, la nueva Ley de Comunicación Audiovisual.
Luego se vinieron Uruguay y falta definirse la cosa en Brasil, Chile y Colombia entre otros países gomías y hermanos.
Sin embargo, las elecciones del domingo en el país charrúa dejaron un sabor más amargo que dulce, no porque el Pepe no haya ganado en la primera vuelta, sino por la innecesaria exposición, como explica el compañero sindioses de una sociedad que por segunda vez le dice NO a la Justicia y a la Memoria. Es cierto, con el diario de hoy nos lamentamos, si hubiese triunfado el Sí, estaríamos celebrando.
Me pregunto, ¿el proceso en Uruguay termina siendo gatopardeado? ¿Cambiar algo para que nada cambie?
¿Goza de la popularidad tan mentada el dirigente Tupamaro? ¿Pesan los ideales en sus electores? ¿O simplemente votan por condición utilitarista?
Sea cual fuere la respuesta no es la que esperabamos, aunque prefiramos al Pepe de presidente.
¿Qué pensaría el gran Raúl Sendic de todo esto?
Uno de los dos principales Jefes de Tupamaros es elejido casi por la mitad de la población.
No deja de ser extraño que ex-guerrilleros gocen de buena salud en patrias burguesas como las nuestras, sobre todo en Uruguay, no tan acostumbrado a los descalabros políticos.
A principios de este año, cuando Martín Torrijos perdía la presidencia de Panamá, la prensa libremercado salió con los colmillos a la yugular de la Latinoamérica peronista, a decir que se acababan los gobiernos nakipop y que volverían los serios y sensatos paladines eurocéntricos a poner orden a las democracias latinoamericanas. Nada de eso pasó, ganó Chávez su referendo de reelección, ganó Evo su constitución, al igual que Correa, ganó el Frente Farabundo Martí en el Salvador, ya había ganado Lugo en Paraguay; y a pesar de perder el 28 de Junio, nuestro gobierno peroncho se alzó con una victoria impensada por los que todavía festejaban aquellas elecciones, la nueva Ley de Comunicación Audiovisual.
Luego se vinieron Uruguay y falta definirse la cosa en Brasil, Chile y Colombia entre otros países gomías y hermanos.
Sin embargo, las elecciones del domingo en el país charrúa dejaron un sabor más amargo que dulce, no porque el Pepe no haya ganado en la primera vuelta, sino por la innecesaria exposición, como explica el compañero sindioses de una sociedad que por segunda vez le dice NO a la Justicia y a la Memoria. Es cierto, con el diario de hoy nos lamentamos, si hubiese triunfado el Sí, estaríamos celebrando.
Me pregunto, ¿el proceso en Uruguay termina siendo gatopardeado? ¿Cambiar algo para que nada cambie?
¿Goza de la popularidad tan mentada el dirigente Tupamaro? ¿Pesan los ideales en sus electores? ¿O simplemente votan por condición utilitarista?
Sea cual fuere la respuesta no es la que esperabamos, aunque prefiramos al Pepe de presidente.
¿Qué pensaría el gran Raúl Sendic de todo esto?
Sí, ya sé, Manuel, no hipotetices con los finaos...
2 comentarios:
Hoy escuche a Mujica decir que este plebiscito fue confuso porque se dio en medio de las elecciones presidenciales, y por eso termino ganando el NO, no se si seré inocente o tengo ganas de tener esperanzas, pero en esas palabras puedo leer que no dio por terminado el tema, la ley de caducidad aun puede ser derogada, solo hace falta un Presidente con cojones, atributos de los que carece Tabaré.
Ojala comandante, todos esperamos eso realmente. Le mando un abrazo compañero.
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