Por FrancoMirador
Crítica literaria en Coronel Fusiladeño, el pueblito con menos librerias por km cuadrado del continente americano.
El libro en cuestión es "El dueño" de Luis Majul, renombrado periodista paseado por el suelo por cada entrevistado de la cornisa.
El libelo está entroncado en la tradición del periodismo de investigación de "El jefe" de Gabriela Cerrutti y "El otro" de López Echague, pero sólo en el ardid de usar un sustantivo en el título.
Los grandes medios de media prensa y los chicos grandes ocupados por la libertad de presión ya han celebrado la comprometida investigación de Majul, "hay que tener muchas agallas para enfrentar al presidente más revanchista de la historia institucional del país. Luis Majul lo hace" sostienen los pensadores de la realidad de medios poco revanchistas como La Nueva Provincia,
LU2 y Continental (salvo Victor Hugo, claro).
No vimos la nota de Clarín todavía, ni sabemos si Ari Paluch (periodista de autoayuda) se expresará a favor de este broli que compite en su rubro, ya que más allá de la investigación ayuda al "puteo fácil y catártico" del matrimonio gobernante.
No vayan a creer que vamos a caer en el chiste fácil de decir que "Majul tiene agallas porque es un pescado", es insultar nuestra escasa inteligencia y no reconocer el mérito del autor al encarar semejante tema y el compromiso con hacer de este un país para todos.
Majul quiere un país sin desigualdades, donde se reconozcan los derechos humanos de los militares además del de los desaparecidos, donde pueda robar el comerciante y el pibe chorro pero siempre con papeles en regla, donde tanto el patrón como el empleado puedan explotarse mutuamente. Este gobierno se niega a esas cosas privilegiando la ilegalidad.
Luisito tiene agallas, nadie puede negarlo. Hay que tener agallas para conducir un programa donde lo avergüenzan más que a Marley y lo contradicen más que a la Alfano en el jurado.
Majul reconoció, off the record, que la investigación sobre las grandes propiedades de Kirchner se basó en los artículos publicados en el periódico "Barcelona" que amenaza constantemente al gobierno con publicar las evidencias.
Así que a reconocer que el quía tiene agallas, muchas agallas, unas agallas enormes, le pesan las agallas, las arrastra. Es un agalludo de aquellos.
Crítica literaria en Coronel Fusiladeño, el pueblito con menos librerias por km cuadrado del continente americano.
El libro en cuestión es "El dueño" de Luis Majul, renombrado periodista paseado por el suelo por cada entrevistado de la cornisa.
El libelo está entroncado en la tradición del periodismo de investigación de "El jefe" de Gabriela Cerrutti y "El otro" de López Echague, pero sólo en el ardid de usar un sustantivo en el título.
Los grandes medios de media prensa y los chicos grandes ocupados por la libertad de presión ya han celebrado la comprometida investigación de Majul, "hay que tener muchas agallas para enfrentar al presidente más revanchista de la historia institucional del país. Luis Majul lo hace" sostienen los pensadores de la realidad de medios poco revanchistas como La Nueva Provincia,
LU2 y Continental (salvo Victor Hugo, claro).
No vimos la nota de Clarín todavía, ni sabemos si Ari Paluch (periodista de autoayuda) se expresará a favor de este broli que compite en su rubro, ya que más allá de la investigación ayuda al "puteo fácil y catártico" del matrimonio gobernante.
No vayan a creer que vamos a caer en el chiste fácil de decir que "Majul tiene agallas porque es un pescado", es insultar nuestra escasa inteligencia y no reconocer el mérito del autor al encarar semejante tema y el compromiso con hacer de este un país para todos.
Majul quiere un país sin desigualdades, donde se reconozcan los derechos humanos de los militares además del de los desaparecidos, donde pueda robar el comerciante y el pibe chorro pero siempre con papeles en regla, donde tanto el patrón como el empleado puedan explotarse mutuamente. Este gobierno se niega a esas cosas privilegiando la ilegalidad.
Luisito tiene agallas, nadie puede negarlo. Hay que tener agallas para conducir un programa donde lo avergüenzan más que a Marley y lo contradicen más que a la Alfano en el jurado.
Majul reconoció, off the record, que la investigación sobre las grandes propiedades de Kirchner se basó en los artículos publicados en el periódico "Barcelona" que amenaza constantemente al gobierno con publicar las evidencias.
Así que a reconocer que el quía tiene agallas, muchas agallas, unas agallas enormes, le pesan las agallas, las arrastra. Es un agalludo de aquellos.
2 comentarios:
Es una de las manifestaciones de la decadencia del periodismo... ¡¡Que nos puede sorprender que Majul sea un periodista de investigación, si Mirtha Legrand es una habil entrevistadora!!
Desde que la maxima vedette es un Hombre... ¿que nos puede sorprender de estos travesti del periodismo?
Ja.No por nada gaby Weber, periodistya alemana, dice que el periodismo le es a la verdad lo que la prostitución al amor, compañero mayolero.
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