sábado, 5 de diciembre de 2009

Me sorprende que se sorprendan...‏Por Cro. Antonio




No conocer la historia nos condena a repetirla, dijo alguien que no recuerdo en este momento, pero que sin duda sabia lo que decía. De hecho hay mucha gente sorprendida y dolorida por la mezcla rara de Museta y de Mimi que se manifestó en la sesión preparatoria de la Nueva Camara de Diputados de la Nación.
Nadie se puede sorprender de la existencia de Gorilas con un odio interesado hacia todo lo que tenga olor a Pueblo. Que quiere que le diga Don Manuel, son parte del paisaje de nuestras Pampas. Fundamentales defensores de un statu-quo directamente emparentado con la defensa de sus propios intereses, ya no pueden sorprender a nadie con su conservadorismo, porque analizándolos despasionadamente, no extraña que sean conservadores porque objetivamente tienen algo que quieren conservar.
"¡Usted me la va a contar a Mi!" me va a decir, seguramente, seguido de un "¡Mire como me agujerearon el cuero!" que exime de mayores comentarios.
Pero el resto de la gente se olvida, vio, y a veces es necesario mirar lo que pasó con mas atención.
Allá por 1880 se iba desarrollando un modelo de país a la medida de un grupo de poder que forjaba un "modelo" cuya filosofía habia sido trazada por George Canning (Primer Ministro Ingles), cuya síntesis seria mas o menos "Inglaterra será el taller del Mundo y Sus América su granja".
Inglaterra había forjado esa política despúes de una paciente capitalización, un importante acopio de información, (ver A 200 años del nacimiento de Darwin... en este mismo blog), la paciente construcción de una fuerza militar eficiente y de despliegue mundial, y una paciente penetración cultural y económica en todos los lugares que eran de su interés, penetración que no estaba exenta de jugosas retribuciones económicas a los nativos de esos lugares que les servían fielmente, aunque eso significare traicionar a quien se les cruzara.
¡¡Pare don Manuel!! ¡¡Envaine ese sable, que Manuel José García no anda por acá el muy cochino!! Ya se que usted bien que los padeció a ese y al otro colonizado coimero de Rivadavia.
Pero hay gente que se olvida y vuelve la burra al trigo...
Como le decía allá por 1880 se juntó un montón de gente que no compartía ese punto de vista y pensaba, y con sobrada razón, que ese modelo iba a dejar afuera a la mayoría de los argentinos, para beneficio de unos pocos.
Se juntaron en un frontón y fundaron un movimiento que se llamó Unión Cívica de la Juventud. Por ahí andaban unos muchachos de apellido Alem, Mitre, Justo, Yrigoyen, De la Torre y otros tantos que habían leído, pensaban y trasmitían la idea general de que así como lo venían pensando la cosa no iba a funcionar porque dejaba mucha gente afuera.
Claro, esa era una consigna muy abarcativa, y había gente que estaba ahí haciendo fuerza porque quería que en lo personal no los dejaran afuera, y así fue como Mitre se abrió y pasó de rebelde irresponsable a prócer respetado por la Historia. Para asegurarse esto último se encargó de escribir la Historia de su puño y letra por las dudas. Además fundó un diario que a través de los tiempos le cubriera las espaldas a él y a sus nuevos amigos.
Alem decía que así la cosa no iba a andar, y que había que cambiar las cosas de raíz, y que en eso no transaba.
Esa Unión de Ciudadanos que quería cambiar las cosas de Raíz, sufrió varias decepciones, entre ellas la de este muchacho Justo (Juan B.) que pensaba que lo que proponía Alem no iba a funcionar porque hacer política en la Argentina de acuerdo a lo que eran los Argentinos, era imposible porque los criollos nunca entenderían las teorías del socialismo europeo, que esos si que eran civilizados. ¡Calcule, si los europeos hablaban francés, ingles o alemán!! Esos si que eran cultos!! Creo que murió sin entender que hablaban esos idiomas no porque los hubieran estudiado para leer "El Capital" en su versión sin traducir, sino porque simplemente habían nacido allá.
Entonces se dedicó a fundar bibliotecas, cooperativas de consumo, y el Partido Socialista. Como el Partido Socialista se fundamentaba en los libros que había en las bibliotecas, y estos estaban en francés, inglés o alemán el círculo era medio estrecho. Con las cooperativas de consumo le fue un poco mejor, y nos dejó El Hogar Obrero que muchos años después cayó en manos de un grupo de tirifilos que lo único que dejó de esa magnífica obra fue un mal recuerdo que no se merecía.
En aquellas épocas, votaban solo algunos y a viva voz. O sea que si usted lograba sortear los obstáculos y llegaba a la mesa, tenía que decir por quien votaba. Ideal sistema electoral para Alfredo De Angeli, así se aseguraba que los peones votaran por aquel que el patrón dictaminara.
Alem, bastante disgustado y amargado por las traiciones, hizo como dice el tango "se compró un buen bufoso/y se tiró a amasijar.
Irigoyen, su sobrino, agarró la lanza y dijo; "Abstención Revolucionaria".
¿Y que era esto? Nadie acepta cargos ni legislativos ni ejecutivos hasta que no haya voto secreto universal y obligatorio.
Lo mas curioso, es que lo cumplieron.
Pero eso es otra historia que seguirá en el próximo capítulo.

Antonio. El Mayolero.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Ahora Antonio, el suicidio de Alem y esa determinante frase, "Podrán quebrarme pero doblarme nunca", fue toda una advertencia. Es cierto, de qué nos sorprendemos hoy...

Que groso ese barbudo también. Pensar que los Tacuara bastantes años más tarde se dirían lo contario, me podrán doblar pero no quebrarme, como tantos, que se doblaron y doblan con tanta facilidad...

Javier dijo...

Esperamos ansiosos el capítulo siguiente Antonio
Es como el famoso dicho , quienes olvidan su historia estan condenados a repetir los mismos errores

fantasma dijo...

Gracias hermano por la refrescada de memoria. Un abrazo

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