Casi sin diarios en domingo

Cosas extrañas genera la muerte de los imprescindibles de Brecht. Hace un rato me fui a buscar el Página y el Tiempo a uno de los dos kioscos de revistas del pueblo. En el primero, a 45min de haber llagado los diarios de BA, ambos estaban agotados. En el segundo kiosco, apenas si quedaba un Página. Ahí el kiosquero me comentaba, muy amable, mientras me invitaba a disfrutar del último ejemplar, que el Tiempo se está vendiendo mucho, que es un verdadero fenómeno. Clarines y Naciones había a montones en el mostrador. Claro Manuel, me dirá usté comapñera, compañero, pero Clarines siempre vienen un montón. Por supuesto, pero los que sobraban, los que no se terminaban de vender, bah, el que no se terminaba de vender nunca, era el Página, no el diario de Hernestina.

Así las cosas en el pueblo, mientras, sigue lloviendo. Menudo regalo les dejó Néstor a los chacareros que tanto lo putearon. Todo indicaría que se viene un cosechón. En precios y en toneladas.