Juventud, legado tesoro (y directivas)

Mencionó a aquellos que militan en las escuelas, las universidades y los barrios, pero no a quienes trabajan en fábricas y oficinas, un lamentable olvido discursivo en su propuesta de unidad y organización. En verdad, a sus 40 años Axel Kicillof es un veterano, comparado con los 30 que tenía Antonio Cafiero cuando Perón lo designó ministro de Comercio Exterior.
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-192950-2012-04-29.html

Y sí, a Vertbisky parece que la juventud en la conducción también lo incomoda. Todos nos ponemos viejos, y no hay mejor demostración de la necesidad de los jóvenes en la militancia.
Lejos de equivocarse, Cristina en cada discurso dice justo lo que tiene que decir y a quién debe decírselo. Ejemplo claro fue su alocución a los docentes en la apertura de cesiones legislativas, que lejos de complicar la negociación salarial, la destrabó a los tres días. Lo de las horas trabajadas y los meses de vacaciones fue sólo un instrumento. Y no sólo destrabó la negociación. La precencia de Yaski y Baradel en el acto de Vélez demuestra el compromiso del gremio por el proyecto nacional (todos) sobre su grupo de afiliados (algunos). Un salto cualitativo, sin dudas, a la noción de pertenencia.

Pero vuelvo a lo del discurso a los jóvenes. Lo que el ex-cumpa de Lanata no dice es que Cristina sobre todas las cosas se refirió a los estudiantes secundarios -directiva clara ahí- al contar la anécdota del chico que conoció en la escuela. Es indudable que la escuela secundaria hoy es el primer ámbito de participación política de cualquiera así que su importancia estratégica es fundamental. De ahí la necesidad de que los pibes de esa edad participen. Son los que aseguran el movimiento del Movimiento. Sino, estamos condenados a que los que empiecen, terminen. "que les de vergüenza no militar", nos decía horca el año pasado.

Tampoco hay falta de reconocimiento al no referirse a los que militan en fábricas y oficinas, primero porque el discurso fue sobre todas las cosas para los chicos de las escuelas, y segundo porque Cristina, por lejos, es la presidenta que más cerca está de las fábricas, no se si de la historia argentina, pero por ahí andará, hablándole a los trabajadores constantemente. Lo de la oficina es un poco más complicado por cuestiones de espacio.

De todas maneras no es cuestión de quedar bien con uno u otro sector. La contundencia del proyecto debe demostrarse en hechos y no en palabras. Sabrán luego los laburantes de oficinas o fábricas si Cristina no los reconoce.

Eso sí, el perro no es JPF. Tengo la obligación de aclarar mi respeto y admiración por uno de los que mejor periodismo hacen, de esos tipos que uno espera toda la semana para leer el domingo y de los pocos que como Cristina, sabe bien por qué dice lo que dice, a quién y cuándo.