Por Simón y GarufKen
No contemos los porotos semanas antes de hacer el guiso, pero el estofado nunca pareció estar tan cerca de ser cocinado.
Sí podemos refrezcar un poco los debates que están aconteciendo, y es apasionante presenciar, como acaba de decir la compañera Sandra Russo por TV, como se van cayendo las caretas de los diputados opositores, que en sus largos discursos, no dicen absolutamente nada, se enriendan entre derechos humanos (se acordaron), la bendita República y los derechos civiles (apestosidad yanqui individualista que nunca se sabe que abarca), sin contar que la sesión especial empezó unos minutos tarde, como dijo Aguad, haciendola ilegítima.
Nunca la corrida del arco que Clarinete magistralmente le dibujaba a la Farmer Society quedó tan expuesta ahora con el tratamiento de esta ley. Nadie puede maquillar ese asunto ahora. Las excusas se acaban, se absurdizan.
Entonces la macaneadora democracia representativa que elegimos como sistema de gobierno, nos permite ser representados por tipos y minas que carecen de principios, de valores, y que se venden al mejor postor siempre. Y cuando un grupo que gobierna se planta en varias cuestiones, pero sobre todo en esta, que hoy evidencia su por qué de la Madre de todas las Batallas, los mercenarios ni se preocupan por perder las formas a la hora de defender al Patrón que los puso en esa banca. Y aquí viene la cuestión de la fidelidad y de la Traición, y del mal endémico y periódico que sufren muchos de nuestros amigos radichas.
Si uno atraviesa la historia del radicalismo, como ya lo hemos dicho, desde al suicidio de Alem a los fusilados en la patagonia, el ninguneo de Frondizi a lo pactado, las leyes de obediencia debida, el corralito de la Alianza y la hechada de por vida y vuelta de Cobos que se saca foto con los Pro-Boy como La figura radicha hoy, llega a la conclusión que la negativa, no solo a aprobar esta ley que por más que se critique es mejor que la anterior y que además puede seguir siendo modificada, sino sobre todo por negarse a estar en el recinto y llamar a conferencia de prensa, demuestra solamente lo residual de los personajes que hoy componen su bloque y sus aliados, que parecieran agotar los últimos flashes antes de perder una batalla que estaban seguros de haber ganado. Como la Armada española frente a esa tormenta que la destrozó luego de Trafalgar.
Entonces, luego del debate de esta ley, se apruebe o no, ¿Cómo va a seguir la historia del redicalismo con respecto a su enarbolada bandera de los defensores de la democracia? ¿No evaluaron acaso la entrega que están haciendo de lo poco que les queda a una manga de traidores y meros empleados de la Corporación contra la que luchó Jauretche y Escalabrini, brabuconeó el gran Chacho Jarovlasky o hasta se le animó don Alfonsín?
Algunos, como aquellos fundadores de FORJA, ya se dieron cuenta y no necesitan seguir hoy defendiendo la democracia, bah, el derechos de los desprotegidos, desde la pluma y el martillo.
Eso es peronismo, y esos son peronistas.
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