domingo, 2 de junio de 2013

el kirchnerismo como institución en la clase media


El artículo del compañero Brienza da para leerlo por completo, por supuesto. pero nos quedamos con esta partecita. Desafíos a futuro, con una clase media cada vez más ampla, si de cantidades hablamos:

Ese kirchnerismo invertebrado plantea una paradoja para la propia cosmovisión del kirchnerismo. Generalmente, no son contabilizados por el propio gobierno nacional e incluso en sus prácticas discursivas están invisibilizados o son desautorizados. Las críticas a las clases medias son una condición muy presente en las apelaciones populares de la presidenta de la Nación. Incluso sectores del kirchnerismo de clase media caen en una "tilinguería inversa" de autoproclamarse sectores populares siendo claramente integrantes de la clase media. La emergencia –o la visibilización– de este actor político obliga a la reflexión y a la reelaboración del discurso público. La presencia de esos amplios sectores de clase media demuestra que ha sido contenida económica y políticamente por el kirchnerismo pero que todavía no ha sido comprendida en lo discursivo.

Lo obvio en la sociedad actual es esa actitud histérica y paranoica de quienes sospechan de todo y de todos, pero fundamentalmente del Estado, del gobierno y de la política. El intelectual francés Pierre Rosanvallon, autor de La nueva cuestión social, escribió hace pocos años La Contrademocracia. La política en la era de la desconfianza. En ese trabajo, explica que las sociedades democráticas modernas se caracterizan por una desconfianza ciudadana ante lo político. La ciudadanía se muestra apática, descree de los discursos y la acción de las élites gobernantes, tiende a sobreestimar los casos de escándalo por corrupción y a subestimar las políticas públicas, no construye articulaciones ni mediaciones entre lo "civil" y lo "político", es decir construye entidades donde el concepto de "pueblo" es antitético respecto del de "políticos".

El kirchnerismo ha quebrado esta lógica de desconfianza en la que están inmersas las democracias modernas. Y que incluso ha sido una de las lógicas –desconfianza más furia– que desembocaron en el "voto salame" y el "que se vayan todos" del 2001. Y si bien gran parte de los sectores opositores ciudadanos todavía mantienen gran parte de esta mecánica de pensamiento, lo curioso es que, a diez años de gobierno, haya un alto porcentaje de la población que se identifique con el gobierno nacional y esté dispuesto a defenderlo a capa y espada. Esa ruptura de la lógica de la desconfianza es posiblemente el mayor capital del kirchnerismo hoy.

2 comentarios:

Daniel dijo...

Y el precio que nos hacen pagar por defenderlo es alto. Adrenalina K.

Mariano T. dijo...

No me digan que no van a putear más a la clase mierda!
Proletarios del mundo uníos!

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