El papá del Negro Alegría (another peroncho tale)

Por Garufa

No, ese no, en serio ¿no te acordás de él?
Se vino a vivir a La Matanza cuando era un bebe, con la mamá. Al viejo lo habían matado unos años antes en la patagonia. Es que era un tano anarquista. Donde vivían, en Chaco, laburaba de panadero y militaba en la FORA, la cosa se puso brava y se fue a Santa Cruz, de peón en una estancia de unos ingleses. Al tiempo a él y a miles de compañeros los asesinaron en lo de la Patagonia Rebelde. ¿En serio no te acordás de eso?

La vieja era una india re-linda, mocoví o toba, no sé, siempre me confundo. Ni bien mataron al viejo se fueron para Buenos Aires. La madre murió joven, triste, cuando él tenía apenas 13 años ¿en serio no te acordás del Negro?

Se tuvo que poner a laburar de canillita para poder morfar, pobre Negro Alegría, era un tipo al menos piola hasta que se murió la madre, luego dejó de hablar, reír. Rarísimo en él.

¿No te acordás que al tiempo lo metieron en cana por afanarse unos zapallos de una verdulería? Él, que nunca se había robado ni un caramelo. Creo que gobernaban los milicos en esa época, no me acuerdo bien, pero estaba en la lona el pobre, y de yapa solo.

Fue ahí que lo adoptaron. Increíble que no te acuerdes de eso. El nuevo papá era un milico, buenísimo, un oficial de alto rango. Un cago de risa el viejo, re-bolacero con sus anécdotas y sus dichos, pero sabía un montón, la tenía re-clara. La mamá era bellísima, muy jóven, si apenas tenía veintipico. Sin dudas esos fueron los mejores años del negro. Pudo terminar la primaria, empezó la secundaria. La vieja era muy combativa, cuentan que ella de chica también era muy humilde, por eso quiso adoptar al negro, y por eso lo defendía tanto. En la escuela donde iba el Negro la vieja siempre armaba quilombo, pues no soportaba que el Negro y sus amigos humildes sean discriminados, así que la vieja puteaba a directores, maestros, padres garcas. Le tenían un miedo bárbaro. Eso sí, siempre les llevaba alfajores a los pibes que menos tenían.

Fue en esos años que al Negro le empezaron a decir Alegría, pues había recuperado la felicidad, todo el día sonriente estaba.

Pero duró poco la cosa, la mamá se enfermó, muy grave. No puedo creer que no te acuerdes de eso, te vas a tener que hacer ver, macho, no puede ser que no lo recuerdes. Como te decía, la mamá se enfermó gravemente y al tiempo falleció. El Negro estaba hecho mierda, realmente. El viejo también, trataba de disimularlo laburando. En esos años andaba en algo de un avión o algo así, eso lo distendía un poco. El Negro ya terminaba la escuela, nunca más lo jodieron, ni a él ni a sus amigos; pero al tiempo al viejo le hicieron una cama y se tuvo que rajar porque sino lo limpiaban.

El Negro se quedó solo de nuevo, había perdido la alegría nuevamente.
Había conseguido laburo, pero lo re-explotaba el hijo de puta del patrón, como al resto de sus compañeros.
En eso se puso de novio y se casó con una piba que estudiaba en la Universidad. ¿Tampoco te acordás? Era rarísimo porque la ñata era de una familia de clase media y tuvieron que casarse de apuro. Nacieron mellizos.

En esos años, mientras crecieron los pibes, el Negro sólo laburaba y estaba en la casa, consejos del padre decía. Pero lo cierto es que nunca pudo reponerse de la ausencia de su madre del corazón, de quien lo había recogido cuando estaba solo y abandonado. Casi que la quería más que a su mamá india. El padre no podía volver, estaba lejos, ni me acuerdo donde. Se mandaban cartas.

Sus hijos nunca se llevaron bien entre sí, cuando crecieron, uno se fue a vivir a Córdoba, el mecánico que siempre andaba de mameluco ¿te acordás? El otro se fue a vivir a la capital. Ese era medio cheto, se juntaba con pibes bien. ¿No te acordás que el Negro, en sus escasos momentos de alegría, contaba cómo se carteaban los dos con su abuelo?

Unos años después la cosa se puso brava, el hijo que se fue a vivir a Córdoba se puso a militar en un sindicato, el Negro decía que se parecía mucho a su abuela. El otro, que se parecía mucho a su suegro. De yapa no se podían ni ver los hermanos.

Un buen día al Negro lo fue a visitar un tío, que capo era ese viejo, lamento que no te acuerdes de él, era un tipazo. Le fue a contar que el viejo estaba por volver, que ya podía hacerlo. El Negro lo necesitaba, la cosa entre sus hijos estaba realmente mal, le contaron que el que vivía en la capital, quería boletear al mecánico. Tanto lo odiaba. Como lamentaba el Negro no tener a su madre en esos días.

Ahora, increíble también que no te acuerdes de cuando volvió el viejo del Negro, pobre, se puso muy triste pues el viejo estaba viejo, muy enfermo, y con una nueva mujer, una hija de puta era esa.

Al poco tiempo el viejo del Negro también se murió y la desgracia del Negro se acrecentó aún más cuando se enteró que su hijo, el mecánico, había desaparecido; y más se deprimió cuando le contaron que los secuestraron unos amigos de su otro hijo. A quien nunca más quiso ver. ¡Cómo se acordaba de su vieja del corazón en esa época! ¡Como la lloraba!

Te cuento todo esto para decirte que el Negro todavía vive, y que recuperó la alegría, pues hace poco lo fue a visitar un viejo amigo de militancia de su hijo el mecánico, que le cuenta lo que está haciendo él con otro grupo de compañeros y de los proyectos que tienen para los pobres. Como será que recuperó la alegría el Negro que ni siquiera le cree a viejos compañeros de él, comunistas o vaya a saber qué, que le dicen que tenga cuidado con ese muchacho, que es un mentiroso y todo lo hace por conveniencia. Lo mismo que le dice su otro hijo, que ahora reapareció hecho un empresario lleno de guita; guita que el negro nunca le aceptó, como tampoco aceptó volverlo a ver. Es que el pibe es lo que siempre quiso, vive en un country y todo eso…

¿En serio no te acordás de nada de esto macho? Lo tuyo es grave y en serio te vas a tener que hacer ver. Sino, así, sin nada de memoria, a vos te cagan como quieren.