El malo del pueblo. El punto de encuentro. Militancia y kirchnerismo.

Recuerdo siempre lo que se actúa Jorge Marrale en el film Cómplices, ahí hace del malo del pueblo, del hijo de puta, del cagador, del putañero.

Cuando su amigo de la infancia, Jorge Martínez, vuelve para vender la casa de la familia, se lo encuentra, pero trata de evitarlo, a pesar de haber compartido tanto. Los prejuicios son muy grandes.

De yapa a Martínez lo cagan, y lo cagan feo, y obviamente él sospecha de quien fuera su amigo de pibe.

Sin embargo Marrale no tiene nada que ver, y es más, a pesar del desprecio, es él quien ayuda a Martínez a encontrar a quien lo había cagado, es él quien le da una mano.

Es una muy buena análogía al kirchnerismo. Siempre las viejas conchetas y las que no pero igual les llevan el apunte, evitan al malo del pueblo, al cagador, al sorete; siempre encuentran algo para justificarse.

Ayer cuando lo escuchaba a Yasky (cómo están los Hugos, maaamita...), luego a Piumato y a Hebe (me perdí a Estela y a Milagro Sala); cuando veía al niño protegido del Comunismo marchar junto a la radical discidente (¿será intransigente por eso Antonio?) y al aviador socialista; cuando trataba de contar e identificar a esas banderas que a pesar de sus colores homogeneizaban la movilización, me preguntaba:

¿Cuál es el punto de encuentro?

¿La Plaza del Congreso?

¿El Obelisco?

¿La Plaza de Tribunales?

¿La conciencia nacional y popular?

¿La lucha por la libertad de informar e informarse?

¿O el kirchnerismo?

Ya lo dijo el compañero Antonio hace un par de entradas: con ganas de hacer, de ejecutar, hay un montonazo. Con las posibilidades de hacerlo, apenas unos pocos.