Luego del espectáculo de Arroyo Salgado al anunciar el asesinato de Nisman (cualquiera que se haya acercado a la ciencia alguna vez se da cuenta que eso fue una puesta en escena) los movimientos en torno al caso, se han precipitado, de manera casi desesperada, para lograr el anunciado pase al juzgado federal.
De esta manera, la jueza Palmaghini accedió al pedido de Arroyo Salgado de interrumpir los peritajes en soportes electrónicos de Nisman, y ahora, también accedió al allanamiento a la casa de Lagomarsino, nuevamente pedido por Arroyo (uno entiende que este muchacho hace rato limpió su domicilio). Queda claro entonces, quien lleva las riendas en esta causa; bueno, o al menos, quien no las lleva.
¿Traición a Lagomarsino? ¿Próxima víctima?
Es evidente que ya saben que Fein está más cerca del suicidio que del asesinato, y que el destape de alguna cuestión amorosa de alto rating mediático, les tira toda la operación por la borda.
Y ya que estamos, amenazar con hacer públicos esos secretos ¿Pudieron haber colaborado con tan trágico final?
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