Con el peronismo proscripto, y el Partido Militar funcionado a pleno, se entró en una etapa de "democracia" ficticia, tutelada por el poder fáctico, e instrumentada por las FFAA que obedientemente, sacaban los tanques a las calles, cada vez que a sus mandantes les resultaba necesario. El periodismo no necesitaba crear zozobra. El recuerdo del bombardeo a Plaza de Mayo y los fusilamientos del 9 de Jnio de 1956, pesaba en el "ciudadano de a pié".
No obstante, por los resquicios de esa democracia tutelada, la Resistencia Peronista se iba vertebrando. Y por otra parte, la reglamentación del art. 28 del decreto-ley de Educación de la Revolucion Libertadora (ver acá) desató un clima de discusión en que la juventud, (no ya la universitaria solamente) arrancó una etapa que aún se siente, aunque se hayan olvidado sus orígenes, de participación no solo activa, sino en foros de discusión.
Tambien por esos resquicios se comenzaron a colar las obras de Scalabrini Ortiz, Jauretche, Hernandez Arregui, Abelardo Ramos, Milicíades Peña, José Maria Rosa, que nos ayudaban a comprender que habia una distinta forma de ver las cosas por fuera de la historia y el relato que los poderes nos habían impuesto.
El sindicalismo tambien hacía su introspección. A raíz de un "congreso normalizador" se forman las "62 organizaciones" (ver acá, el testimonio de un participante). Entre otros aparecen por primera vez dos líderes sindicales, aún muy pichones, pero que tendrían gran protagonismo en los 20 años siguientes. Agustín Tosco y José Ignacio Rucci.
Con su líder ausente (por ausencia forzosa) el Movimiento Nacional comenzaba a reestructurarse. En 1962/1963, el Partido Militar evidenció una importante fisura, que se trasuntó en la llamada "Guerra de Azules y Colorados" que con mayor o menos intensidad duró desde setiembre de 1962 hasta Abril de 1963, guerra cuidadosamente "borrada" de la historia, de la que fuí invioluntario protagonista como soldado conscripto. Mi experiencia de entonces está acá.
Ya entonces, el Movimiento Nacional había finalmente encontrado un común denominador. Se debilitaba el Partido Militar, y entonces, el retorno de Perón, comenzó a ser un objetivo cada vez mas cercano, pero que atravesaba diagonalmente a muchos sectores (especialmente los mas jóvenes) que se fueron movilizando en ese sentido, aún los que no veníamos del Peronismo, pero que reivindicando nuestra pertenencia al Movimiento Nacional desde el primigenio Radicalismo de Yrigoyen, reconocíamos en el peronismo su continuación bajo otras circunstancias históricas.
La seguimos despues.
Antonio (el Mayolero)
1 comentario:
Hola, Antonio
Vengo leyendo la serie, aunque no haya dejado comentarios. Al contar la historia en forma sencilla y despojada de exceso de información, se cumple el objetivo del título, porque es fácil captar la idea de la ausencia de linearidad: sin caminos reales, es ir, venir, avanzar, retroceder...
Me gusta, también, el tono personal, los hipervínculos a esas otras historias individuales, porque la memoria no es sólo la gran memoria colectiva.
Un abrazo,
Esther
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