El sistema educativo bonaerense la viene surfeando, desde la salida del neoliberalismo hasta acá, de la mano de académicos de la educación con pocas horas dentro del aula, lo mismo que durante el neoliberalismo. Pero con políticas nacionales bien distintas. Desde finales del gobierno de Felipe hasta 2010 aproximadamente, el sistema educativo provincial se expandió de tal manera que por ejemplo, en nuestro distrito, la localidad de Aparicio, con 111 habitantes (según censo 2001) tiene oferta secundaria. Y semejante despliegue hay que sostenerlo, máxime si se pretende aumentar la recaudación en base al garpe de los sectores de menos ingresos y no de los de más, como señalara HV el domingo.
Así las cosas, sumémosle que desde hace medio año, el sistema educativo en la provincia, ya no es manejado por una educadora, sino por una abogada, una mujer de leyes. Hasta cierto punto, nada indica que sea peor, sólo que es del riñón del ejecutivo provincial. Pero cómo será de complejo el asunto que ya se habla de su renuncia.
Así y todo, a este cóctel expansivo le falta un detalle, y todo docente que lea este post sabrá de lo que hablo. La expansión del sistema, traducida en presupuesto también, se dio en el inédito aumento de cargos de supervisión, de inspectores, de funcionarios encargados de llevar adelante, cuando sea necesario, los irremediables ajustes. Todos docentes ellos, claroestá.
Me tomo el atrevimiento de citar parte de la nota que linkié antes:
"La funcionaria también se encontró con la novedad de cierta resistencia a su gran propuesta de racionalización de personal que es la de hacer cesar cerca de 3 mil pases de comisión de docentes a dependencias legislativas y de otros ministerios.
Esas comisiones, también llamadas "pases técnicos", impiden que 3 mil docentes estén al frente del aula y, a la vez, deben ser reemplazados con otros tantos 3 mil maestros suplentes.
De Lucía habría irritado al propio gobernador Daniel Scioli, quien le había encomendado un ajuste de 700 millones de pesos anuales que aún se encuentra lejos de cumplirse."
El año pasado, los medios nacionales del palo, nos anoticiaban de los cierres de curso en la CABA. No es algo que no haya pasado en la provincia. De hecho pasa siempre. Pero el ajuste en educación, este año, parece ir por más. No sólo cierre de cursos, sino la fusión de distintos años (1º y 2º, por ejemplo), algo normal en escuelas con pocos alumnos, como las rurales, pero totalmente impensado en escuelas secundarias por menos chicos que tenga cada curso. Son los signos de los tiempos. La gestión provincial parece haber llegado a su techo.
Todo esto en el marco de la paritaria enfrascada en lo salarial, que por supuesto es más que legítima, pero a esta altura, ya uno no sabe si es lo más importante. El gobierno encaró la negociación con desfachatado 17,8% en tres tramos. Bueno, a traccionar ahora. Pero digo, uno no sabe si es lo más importante porque lo que está en juego ahora, para muchos docentes, ya no es su capacidad de consumo, sino su laburo, en un sistema que comienza a contraerse incluso quitándole espacio a los docentes titulares. Ni hablemos de los que recién empiezan. Linda changuita se agarró el Bapro con sus créditos de fácil acceso a tasas para nada bajas. Este es un indicador claro de la gravedad del asunto. Trabajadores que hasta hace pocos años pensaban que se iban a jubilar como trabajadores del estado, hoy se preguntan si van a seguir trabajando. No parece joda.
Vamos a ver como sigue. A mi modo de ver, creo que sin mucho tumulto. Los docentes bonaerenses no son los docentes neuquinos, lamentablemente.
Ah, y agrego un dato, cuando se expandió el sistema educativo, lo hizo tanto en la gestión estatal como en la privada, que incluso con 100% subsidiada es menos costosa para la administración provincial.
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