lunes, 11 de febrero de 2013

El Ferrocarril, el servicio de cargas, y los fletes.(Parte VI)

La parábola de las tarifas parabólicas y el nomenclador: Bueno amigo, ya creo haberle tirado algunas lineas de lo que va a significar restablecer un servicio de trasporte de cargas que se inserte armónicamente en el contexto del progreso del País. Creo que le habrá quedado claro que ni es fácil, ni será barato sobre todo si la decisión estratégica es que beneficie a la mayor cantidad de sus habitantes, que creo que todos estamos de acuerdo en eso.

Ya tenemos los elementos que nos permitan establecer el costo de la prestación del servicio que será la base de cálculo de los cuadros tarifarios. Hemos (supongo) entendido una premisa básica; el ferrocarril transporta kilos. De lo que sea, o lo que valga la carga, el costo es el mismo. Puede que haya mínimas diferencias, que no hacen al asunto en este momento.

Las tarifas en el trasporte de cargas tienen la características de ser parabólicas; es decir, que a mayor distancia la tarifa va decreciendo hasta un punto determinado. Los tramos mas cortos se ven castigados en detrimento de los trayectos mas largos. Esto es parte del negocio del privado que administra la empresa, independientemente de los intereses del poder concesionante o sea el Estado, que venimos a ser nosotros.

Además, existe un recurso que las Empresas privadas manejaban a su arbitrio y se llama "Nomenclador de Cargas". Este es un mamotreto que contiene toda la lista de cuanta cosa sea factible de ser trasportada, solida, liquida o gaseosa, y la alícuota de la tarifa de flete básico a aplicar a cada una de ellas. En muy contadas ocasiones puede justificarse, por ejemplo si hay que trasportar explosivos u otras sustancias peligrosas en que se deben adoptar precauciones especiales que tienen su costo, como por ejemplo correr una locomotora "exploradora" un kilometro delante del tren a los efectos de advertirlo de algun problema en las vias que pudiera ocasionar un accidente. Además el tren que trasporta este tipo de sustancias debe llevar 6 vagones vacíos entre la locomotora y los vagones cargados, vagones que se sustraen al tráfico de cargas.

Pero el nomenclador puede ser utilizado para promover o desalentar determinadas actividades. Si el Estado administrador pretende promover la Industria textil en el Chaco (un ejemplo al boleo) aplica la tarifa 100 al algodón en bruto, a los hilados de algodón la tarifa 100-10, a los tejidos de algodón la tarifa 100-15, y a las prendas confeccionadas la tarifa 100-20. Esto es un simple demostrativo de como la politica de fletes puede (y debe) contribuír a la industrialización del interior. Quien quiera profundizar en el tema acuda a Scalabrini Ortiz que desgranó en detalle como las Empresas Inglesas utilizando el nomenclador destruyeron la incipiente industria textil de Santiago del Estero para beneficio de la industria textil de la Metrópolis (la de ellos).

El ferrocarril y el manejo de los fletes es una formidable herramienta de desarrollo, que debemos analizar en detalle y con la mayor seriedad.

Tampoco debemos asustarnos del conflicto que se pueda presentar con el trasporte automotor. El Camion y el Ferrocarril son complementarios y el uno no excluye al otro. Muy pocos son los casos donde el ferrocarril llega exactamente adonde se produce el bien a trasportar, y éste necesariamente debe depender del camión para llegar a la estación, y salvo los granos que llegan directamente al puerto, en general llegada la carga a la estación de destino tambien debe hacer el ultimo tramo en camión.

Continuará...

6 comentarios:

Moscón dijo...

Te vengo siguiendo Antonio,excelente informe,y aunque no lo creas antes de llegar leer su nombre pensé "¡que lo parió,el mayolero parece Scalabrini Ortiz.

Antonio (el Mayolero) dijo...

Mozo; sirvale algo acá al amigo...

Nos Disparan desde el Campanario dijo...

Moscón: No lo nombre a Scalabrini que a Mariano T le agarra urticaria.

Antonio: Para cuándo nos publica un ensayo completo sobre el asunto en papel. Estas seis entregas no tienen desperdicio. Cuanto más uno lee a quien sabe, más se da cuenta cuanto ignora. Pero hay algo mejor: darse cuenta lo que le resta por aprender antes de ponerse a boquear como un gil

Impecable

Antonio (el Mayolero) dijo...

Gustavo; no se mas que lo que puede saber cualquiera que se dedique un poco a escuchar a los que saben y recopilarlo. Mi intención con esto no es sacar patente de "experto estudioso en temas feroviarios" sino precisamente eso que usted menciona al final. No me preocupa que soplagaitas como Pino Solanas boqueen sobre el tema; de ultima es su trabajo. Apunto a que los cumpas que hacen la militancia diaria tengan elementos lo mas sólidos posibles para que puedan contrarrestar tanta güevada dicha para los titulares de mañana.Hago lo que puedo: ya con 70 encima, me parecería de un egoísmo imperdonable no trasmitir lo que uno fué atesorando con los años. Si eso sirve, no soy yo quien para dictaminarlo. Los que nos sigan tomarán o descartarán según lo vean necesario.

Antonio (el Mayolero) dijo...

Ah! ¡Mozo! sirvale algo al amigo también...

Nos Disparan desde el Campanario dijo...

Antonio: Es que hay mucho tilingo politiquero que habla de los ferrocarriles sin haber tomado nunca el Sarmiento. La complejidad del tema hace que cuando uno se topa con alguien claro, didáctico y conocedor de la materia, esas evaluaciones se transformen en conocimiento para los legos. Como tal le agradezco enormemente su esfuerzo por instruirnos. Le cuento que los estoy compilando en un archivo propio. Los textos ameritan una doble lectura, un ir y volver permanente, un resaltar detalles, un hacer notas al margen ante la posible duda.

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