sábado, 23 de abril de 2011

Cantidad y calidad (Cuarta parte: La industria molinera)‏



Por el cro. Antonio

Sobre este tema ya escribí acá en noviembre de 2009, pero vuelvo al tema desde otro ángulo.


Podríamos hablar de la "megamolinería", la de grandes volúmenes y grandes instalaciones y grandes máquinas de molienda que fue la que tradicionalmente concentró el negocio a veces por las buenas y a veces por las otras con procedimientos directamente mafiosos, pero eso es otra historia que no es el objeto de este posteo.

Entonces hablábamos de la aparición de las maquinas de molienda de procedencia Italiana, tal vez menos eficientes, pero muchísimo mas baratas y sencillas de operar a tal punto que algunos modelos permitirían que el mismo productor las operara en su campo, y en vez de vender trigo vendiera harina y subproductos. Aunque suene medio utópico, la posibildad y el equipamiento existen y sería cuestión de hacer las cuentas...

Pero dejemos eso de lado, y pensemos en que ya hay mucho molino chico desparramado por los pueblos. Y los que podría haber.

Sigamos soñando, o mejor analizando utopías. Si los bodegueros Mendocinos (o Rionegrinos/Neuquinos, o Sanjuaninos o Salteños) tienen sus producciones perfectamente rotuladas y denominadas por su orígen, ¿ Cual es la razón que prohíba pensar que esos molinos regionales produzcan harinas con denominación de origen y certificación de aptitud para las distintas ramas de la producción alimenticia que ya vimos acá en la pasada que hicimos por el súper?

Uno de los pilares del modelo es el agregado de mano de obra local que permite el desarrollo integral de cada lugar, que hace atractiva la vuelta de los jóvenes que se van a estudiar y no vuelven, que impide el desgranamiento de las familias, que mantiene la calidad de vida de los habitantes de esos pueblos, que frena el crecimiento de las megalópolis al proveer fuentes de trabajo locales.

Esto, sumado a algún organismo estatal (o semipúblico) que haga de respaldo en control de calidad, y con la capacidad de compra necesaria para que el productor no quede "colgado" con su cosecha si necesita vender, y no quede a merced de los vivos de siempre.

Esto es un modelo nacional inclusivo (o por lo menos se parece ¿no?)

La seguimos.

--
Antonio (el Mayolero)

2 comentarios:

Moscón dijo...

Antonio:
En la práctica se lleva acabo(eso si desconozco a que volumen).
A cuatro cuadras de mi casa(Rosario) un pequeño taller de mecanizados,fabrica molinos harineros de alto rendimiento del tamaño de una heladera mas o menos.
Y sabe como le pagan?con un porcentaje de la molienda.
El taller queda en calle Vila entre Machaín y Valentín Gómez,en la zona norte de la ciudad.
Conocí a la gente fabricante cuando me llamaron para que les haga la cartelería,y ya en el lugar me intrigaron esos mamotretos y pregunté "¿Que es eso?",y ahí me explicaron orgullosos todas las bondades del socotroco.

Antonio (el Mayolero) dijo...

Si es así; cuando escribí el post cometí un error al no aclarar que eran de tecnologia italiana, que no es necesariamente la fabricación. Vale su aclaración, y ademas refuerza, porque está disponible y es mano de obra argentina.

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