Recambio generacional (y otras cosas)‏

Por el compañero Antonio

Ayer veía jurar los nuevos diputados nacionales, y sorprendido gratamente por la juventud de varios de ellos se me ocurre hacer algunas disquisiciones sobre el tema del recambio generacional que estamos viviendo.
Este recambio que debió producirse mucho tiempo antes de no haber mediado la supresión (genocidio mediante) de toda una generación dirigente que hoy estaría alrededor de los 60 años, tuvo que esperar a los hijos de aquella generación.

Porque recambio hubo, pero ese recambio fue cubierto por graduados de Universidades Privadas como semillero, y su conveniente perfeccionamiento en Posgrados (los que pintaban mejor) en Harvard u otros centros de formación cipaya. O algunos otros centros de formación similares vernáculos. Eso en lo estrictamente técnico (para que, si nó) porque en lo político no hacía falta, ya que la ideología dominante (atendiendo las sabias enseñanzas de Lord Castreleagh, de que la política era para que los pueblos se entretuvieran eligiendo presidentes, y no había que preocuparse por ella mientras los negocios -los de ellos- no fueran afectados).

Esto también explica la vigencia de políticos y expresiones políticas y sociales anquilosados en el tiempo, y la decadencia de los Partidos e Instituciones Comunitarias que son parte del juego. Eso trajo también el desinterés del ciudadano de a pié por lo que sucede alrededor suyo, como que todo viene prefabricado y decidido y nada puede hacer él por modificar un estado de cosas que lo tiene como sujeto pasivo.

Los recambios siempre se suceden; es natural que así suceda, dado que todos terminamos muriendo en algún momento. Pero cuando tenemos un Proyecto Nacional que no se agota en una generación sino que es parte de un proceso Histórico que fuera explicitado hace alrededor de 125 años atrás por Leandro N. Alem como respuesta a la puesta de America Latina al servicio de las necesidades de crecimiento del Imperio Británico por la "Generación del '80" post-Caseros, debemos verlo en otra dimensión mas allá del tiempo que nos toque vivir individualmente.

Entonces hay que promoverlos a esos cambios. Siempre se utiliza a la juventud como objeto de un discurso en que "la Juventud es el Futuro", pero se le coartan los caminos para forjar ese futuro a la medida de sus sueños y realidades. O sea que el metamensaje es "son el futuro, siempre y cuando acepten el statu-quo". Es necesario sacar ese metamensaje de en medio y promover la participación de las nuevas generaciones en la matriz de las leyes que regirán la sociedad en que ellos serán protagonistas.

Aunque para ello haya que "molestar" a intereses corporativos que por una u otra razón (ya sea de concretos intereses económicos, o simple vanidad humana) se muestran reacios a admitir que hay muchas cosas que han cambiado en los últimos diez años en nuestro País, en América Latina y el Mundo.


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Antonio (el Mayolero)