domingo, 27 de febrero de 2011

La conversión del vicio en virtud


Excelente artículo postea hoy el cro. RVL, el cual reproduzco en parte, como para enmarcar un poco el post anterior y la mentira esta de la oferta y la demanda en los alimentos.

No todos los mercados son eficientes en el sentido de que no en todos ellos existen unas condiciones técnicas llamadas de competencia perfecta. Los mercados eficientes o de competencia perfecta son aquellos en los que se asume que existen tantos vendedores como compradores de un mismo bien o servicio que ninguno de ellos, actuando independientemente, puede influir sobre la determinación del precio y que éste a su vez, está dado y es fijado por las mismas fuerzas del mercado. La competencia perfecta es una representación idealizada de los mercados de bienes y de servicios en la que la interacción recíproca de la oferta y la demanda determina el precio. 
La aclaración de que no todos los mercados son eficientes (que yo subrayo) señala la posibilidad de que halla algunos que no lo son. Este modo de presentar el problema parte de la suposición de que aquellos que no lo son representan una excepción a la regla que sostiene que el mercado de competencia perfecta es el modelo que más se da. Debe aceptarse también otra anomalía representada por la presencia de monopolios u oligopolios que dificultan el buen funcionamiento. Para que el mercado de competencia perfecta funciones se deben cumplir ciertos requisitos: «1. Existencia de un elevado número de oferentes y demandantes. La decisión individual de cada uno de ellos ejercerá escasa influencia sobre el mercado global.- 2. Homogeneidad del producto. No existen diferencias entre los productos que venden los oferentes.- 3. Transparencia del mercado. Todos los participantes tienen pleno conocimiento de las condiciones generales en que opera el mercado. 4. Libre acceso a la información.- 6. Libre acceso a recursos».
Surge la pregunta ¿Dónde se puede encontrar un mercado que reúna estas condiciones? La respuesta académica dirá: «en ninguna parte, es sólo un modelo que sirve para ver cuánto se aleja cada mercado de lo ideal» Lo sorprendente es que estamos en presencia de una ciencia que parte de un modelo ideal, a sabiendas de que es imposible que se encuentre en la realidad. ¿Alguna otra ciencia funciona así? ¿Es imaginable a la ingeniería construyendo a partir del supuesto de que el edificio no debería caerse? O ¿a un químico que repitiera un procedimiento de la alquimia en la búsqueda da fabricar oro? Pues bien, así opera la ciencia económica y así forma a sus estudiantes.

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