Me llega mail del profe remarcando ciertos puntos del artículo de Brienza de hoy sobre el capitalismo, cuestión que viene trabajando desde hace rato el profe en su blog:
Pero, también, durante ese mismo proceso hubo una guerra silenciosa pero fundamental para el futuro de los argentinos: se trata de la disputa por la forma que el capitalismo debe tomar en la Argentina de los próximos años. Y el corazón de esa disputa es, claro, la puja distributiva.
El gobierno, entonces, decidió responder con una medida que significó un paso en la “profundización cualitativa” del modelo nacional y popular, y que no es otra cosa que ampliar el espacio de intromisión del Estado en el mercado
los argentinos deberíamos tomar conciencia de que la verdadera batalla consiste en legitimar ideológica y públicamente el rol del Estado como interventor del mercado. Posiblemente, en los meses que van de acá a las elecciones, la disputa ya no sea sólo por el relato, sino también una fuerte pelea económica entre las corporaciones y el Estado argentino. Y será una buena oportunidad para que el hombre y la mujer común analicen a conciencia pura sobre su futuro y sus propios intereses.
Interesante para comenzar el debate, o terminarlo, sobre qué es esto del capitalismo bueno al que se refería la compañera hace años y si el modelo de Estado Omnipresente es o no la verdadera contracara del capitalismo.
4 comentarios:
Me parece que no es que va a empezar ahora . Eso es lo que viene ocurriendo desde que asumiío Cristina y le engramparo la valija de Antonini Wilson y luego la guerra destituyente en serio con la 125 . Eso no fue batalla por el relato , digamos que el relato es el factor que da sustento a la guerra que libramos a favor del estado y contra los poderes facticos .
Un abrazo
El conflicto real de la 125 era la discusión sobre la potestad del Estado (administrado por el gobierno elegido por el voto popular) de precisamente eso: administrar. Por encima de los intereses de cualquier sector, claro, cuando el Gobierno administra sin tener en cuenta los intereses de los mas necesitados, no hay problema, pero cuando toca los intereses de los poderosos ahi surge la reacción.
Y esos poderes corporativos se ocuparon en el quilombo de la 125 de equiparar cualquier sector privado con el Estado, como si estuvieran al mismo nivel (mesa de enlace, en ese caso).
Y por el otro, a referir cualquier intervención estatal como algo de connotaciones negativas.
De lo que se trató es de separar al ciudadano del estado, como si no fuera parte de él; como si fuera algo absolutamente ajeno que viene a cercenarlo.
Y para esa acción psicológica cumplió un rol fundamental todo el periodismo mercenario.
así es nomás compañeros...
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