martes, 5 de julio de 2011

Trabajo esclavo en el pueblo-una historia contada


La historia se resume, entre el relato de distintos compañeros, en la de un grupo de trabajadores correntinos que se vino a trabajar a una de las tres fincas olivícolas más importantes del partido. El trato es el de siempre, retención de documento por parte del Patrón (Costas) y sueldo miserable. El grupo de trabajadores harto dejó la finca y realizó la denuncia de retención de documentos. Antes de dirigirse a la comisaría, los trabajadores lograron entrevistarse con funcionarios gubernamentales y ser cubiertos por medios locales. Una vez en la dependencia policial, y bajo la presión mediática, un representante de la empresa acercó los documentos. Según supimos por la noche pudieron volverse a su hogar.

La cuestión no terminaba ahí. Una trabajadora permanecía el fin de semana retenida en la olivarera, accidentada presumiblemente por un tractor, con tratamientos médicos esenciales sin ser denunciada su situación por parte de sus empleadores.

Esta historia bien podría ser un invento, pero no. Justo acá, en el distrito que pretende ser la capital provincial del olivo, a pesar de que el negocio sea sólo para esos dos o tres grande productores, en detrimento de los pequeños a los cuales les vendieron los espejitos de colores, y por sobre todas las cosas, en detrimento de los trabajadores explotados.

5 comentarios:

Moscón dijo...

Y para la justicia esto es apenas una infracción,ni llega a delito.A la señora que limpia en la casa del juez¿la tendrán en blanco como corresponde?

MC dijo...

Lo parió compañero. Como escribe Zafaroni los miércoles en Página, la edad media aún no terminó en muchos ámbitos.
Y yo que me preparo los tomatitos desecados con ajo y oliva de por allá que me manda mi suegro. Tendré que suspender.

MiTucumán dijo...

¿Qué pasaría si todas las personas abocadas a ayudar a los pobres dejan todo eso y se dedican a ayudar (“respirarles en el cuello”) a los ricos para que no hagan macanas? (Solución perfecta e imposible)

Mariano T. dijo...

La argentina no es un país adecuado para ningún emprendimiento mano de obra intensivo salvo que sea para mercado interno y este protegido de la competencia externa. A excepción de que haya un diferencial de productividad, calidad o marketing que justifique pagar el mayor costo.
Es muy probable que estos emprendimientos esten más cerca del arpa que de la guitarra y el recurso a la explotación inhumana de mano de obra sea un manotazo de ahogado.
El destino de la región pampeana es el modelo de cultivos extensivos, o un poco más intensivos, pero siempre altamente mecanizados.

Antonio (el Mayolero) dijo...

1) Coincido con Mariano. Si para que cierren estos emprendimientos necesitan explotación de mano de obra, no le sirven a nadie.
A los únicos que les sirve es a los que vendieron el paquete. ¿Algien se acuerda de las codornices, los conejos de Angora, o la cria de chinchillas?
2) Mi Tucuman; posiblemente sería mas práctico, pero a muchos de ellos los distraeria de la administración de sus olivares o sus plantaciones de arándano...

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