Por el Cro. Antonio
Los veteranos tangueros, solemos tener en los archivos algunas cosas que se pueden aplicar a situaciones actuales, a modo de consejo (¿?) para pisar la pelota y enfriar la cabeza.
Por eso, apelo a esta poesía lunfarda de Daniel Giribaldi, que puede servir.
Los veteranos tangueros, solemos tener en los archivos algunas cosas que se pueden aplicar a situaciones actuales, a modo de consejo (¿?) para pisar la pelota y enfriar la cabeza.
Por eso, apelo a esta poesía lunfarda de Daniel Giribaldi, que puede servir.
Yo mismo
Me parezco a aquel viejo cenicero,
(un diablo de metal) que había en casa,
con la frente arrugada como pasa
y algo jodón al campanear cabrero.
Todos me apagan puchos en el cuero
-igual que al cenicero- y mi viaraza,
por una bronca de ceniza y brasa,
me hace querer al fuego que no quiero.
Vos y yo, cenicero estamos locos,
revirados de atar. Mirá que muchos a matar
nos tiraron como a pocos
e igual al fuego le jugamos risa.
¡Hemos visto quemarse tantos puchos,
que ya no nos calienta la ceniza!
Me parezco a aquel viejo cenicero,
(un diablo de metal) que había en casa,
con la frente arrugada como pasa
y algo jodón al campanear cabrero.
Todos me apagan puchos en el cuero
-igual que al cenicero- y mi viaraza,
por una bronca de ceniza y brasa,
me hace querer al fuego que no quiero.
Vos y yo, cenicero estamos locos,
revirados de atar. Mirá que muchos a matar
nos tiraron como a pocos
e igual al fuego le jugamos risa.
¡Hemos visto quemarse tantos puchos,
que ya no nos calienta la ceniza!
2 comentarios:
gracias cumpa
buenísimo Antonio. Más luego de acabar de escuchar a Cristina.
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