pueblo vs corporaciones o solidaridad vs caridad.

Sin contar los 3.000 obreros libertarios fusilados que Yrigoyen no pudo evitar, que pagaron con su vida la irreverencia, es falaz esto de que el pueblo argentino siempre fue solidario, y no por su mala fe, sino más bien porque la norma, la institución, era la caridad, que como bien expresa el libro máximo al respecto, es dar lo que a uno le sobra, a quien le falta, reconociendo que no tiene ese carenciado, los mismo derechos de quien lo asiste. La mierda misma, travestida de cristianismo durante siglos de la mano de los "empleadores" que necesitaban rendirle cuentas vaya uno a saber que Dios.

A partir de que el peronismo dio respuesta a los reclamos de lo que esos 3.000 obreros representaron, la caridad dejó de tener exclusividad como valor "hacia el otro", ya que la igualdad en los derechos no hizo más que contradecirla, que volverla obsoleta, inútil, desenmascararla. De ahí la magistral crítica en la palabra y en los hechos que Evita le hizo, destrozándola como institución en esos años del país de la felicidad. Algo que el neoliberalismo se encargó de reponer en su lugar mientras aquella juventud maravillosa resistía.

El la patria es el otro, concepto cristiano al palo, resume, como pocos, la diferencia entre solidaridad y caridad, entre el uno y el otro. Si CFK lo advierte, casi como premonición, el mismo día de la tragedia, es porque realmente nos faltan unas cuantas leguas recorrer para agrandarnos por lo solidario que es el pueblo argentino o cualquier pueblo formado a la fuerza por el capitalismo de mercado. 2008 no está tan lejos, como tampoco, ya que de luchas obreras hablamos, el reclamos común de todas las centrales sindicales de no pagar ganancias o de percibir asignación familiar, sea cual sea el ingreso. Es difícil pensar hoy en un pueblo que se alegre porque el que liga (en su acepción futbolera) es el otro y no uno.

Un pueblo solidario debiera haber estado, y estar, con los vecinos en cada reclamo previo a las inundaciones. La del Barrio Mitre es película repetida ya. Hoy mientras, vemos como esa caridad se entrama, se confunde, se vuelve a travestir entre los actos verdaderamente solidarios de jóvenes militantes de orgas políticas o religiosas que hace más de 48hs dedican su tiempo en asegurar que la ayuda llegue a los vecinos, sabiendo que no serán ellos los que la entreguen personalmente. Y se trasviste generando verdaderos actos circenses transformando medios de comunicación como centros de recepción y a sus estrellas como el rostro de la ayuda, en una competencia vaya uno a saber contra qué, para saber quién llena más camiones.

Competencia, veta fundamental de una sociedad caritativa mas no solidaria. Y mediatizada. Muy mediatizada.

Hoy será el interés personal el que garantice, elección tras elección, este proyecto. Pero es un proyecto con un objetivo claro, que sea el bien común el interés que lo sostenga.