domingo, 26 de mayo de 2013

Sin fusiles no es lo mismo


H.V. dice hoy domingo algo que de tan sabido, parece desapercibido: el clima de malhumor, desconfianza y odio generado por los medios de comunicación, no cambia la decisión en el cuarto oscuro:

Por último, una pregunta sin respuesta: la catarata de alegres infamias que se derrama desde las pantallas de la televisión y el dial de la radio hasta los foros de lectores de los diarios, ¿es desestabilizadora y tiene alguna posibilidad de éxito? Mi opinión es que constituye una inofensiva válvula de escape, el venteo que desahoga la inquina de quienes no toleran la ampliación de derechos de todo tipo porque sienten que compromete su propio estatus. Además forma parte del showbiz y como tal mantiene relaciones sólo tangenciales con la realidad. A la inversa, en 1955, con toda la prensa bajo control oficial (forzado, como La Prensa, o voluntario, como Clarín, que hizo grandes negocios con el gurú de la comunicación peronista, Raúl Apold) ese rol fue cumplido por la red de publicaciones clandestinas y panfletos que organizó la Iglesia Católica. Con medios precarios y ante una rígida censura que daba verosimilitud a cualquier rumor tuvo el éxito que no me parece posible hoy, aunque el odio y la difamación sean iguales.

Eso sí, sin fusiles y todo, a un gobierno débil, sin representatividad ni apoyo popular, se lo llevan puesto. Pero a esos, los bancan hasta que la cosa no de para más.

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