«Dios ha muerto» no quiere decir literalmente que «Dios está efectivamente muerto»; es la manera de Nietzsche de decir que la idea de Dios no es capaz de actuar como fuente del código moral o teleológico (teleología). Nietzsche reconoce la crisis que la muerte de Dios representa para las consideraciones morales existentes, porque «cuando uno desecha la fe cristiana, se olvida de la moralidad cristiana. Esta moralidad de ninguna manera es evidente en sí misma. Rompiendo un concepto principal del cristianismo, la fe en Dios, uno rompe el esquema: nada necesario se mantiene en las manos de uno»
El ocaso de los ídolos, «Incursiones de un intempestivo», sec. 5
Impensado hace 11 años nomás, cuestionar el rol del periodismo y específicamente, identificar a los dueños de los medios. Eso que nos decían nuestro abuelos, de lo necesario de leer el diario para instruirnos, se da vuelta como una media, y ahora los leemos justamente para evidenciar sus mentiras e intereses. Así las cosas, repasamos:
Pero el diálogo civilizado con el periodismo se frustró. Kirchner y su grupo no soportaron la menor crítica, ninguna sugerencia y reprochó, sin muchas demoras, al periodismo que no era oficialista. Repitió, así, su conducta en Santa Cruz. El atril presidencial en Casa de Gobierno y en distintos actos fue utilizado para burlarse, desde un exagerado uso del poder, de periodistas con nombre y apellido. Consintió en la estigmatización pública de periodistas prestigiosos, reconocidos históricamente.
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