Ya sin Godzilla

Este es uno de esos tantos post que escribo, reescribo, leo, releo, no me convence, borro, leo sus ideas en otros blogs o las escucho en la radio o en la tele, y entonces retomo, tarde, por supuesto.

Y ya que todos nos embarcamos en esto de sumar a la militancia organizada, acá vamos.

Uno de los factores que terminó de acercar a tantos pibes a la Plaza fue justamente la presencia de miles y miles de jóvenes pertenecientes a las diveras organizaciones kirchneristas, peronistas o no, pero kirchneristas todas.

Por eso no basta ahora con lamentarse, con ver 678 encerrados en la pieza y putear a destiempo, hay que ponerle el lomo a la cosa.

Ya dijimos. La Corpo va a operar por adentro del movimiento, agrandando la figura de Néstor para achicar la de Nuestra Conductora como para que surja un adorador del concenso. Complicada la tienen, pero se maya no tan difícil, máxime si le pegan al compañero Hugo.

Tengamos en cuenta entonces que no puede no haber en nuestro entorno inmediato una organización que nos identifique y nos cobije, y si no la hay, a crearla. Cristina es nuestra conductora y en buena medida la militancia juvenil organizada será bien protagonista del cambio histórico que significa el kirchnerismo. Esas mil flores que pregonaba nuestro Conductor.

Esta organización además permitirá sí o sí la disputa por el vaso a vaso generacional, eso que Néstor y Cristina pudieron comenzar y de la que un par de vivillos se quieren aprovechar por puros intereses personales. Traidores decía el General. Trasvasamiento para aunque sea disputar espacios pequeños. Los méritos de la militancia después deberán dar sus frutos electorales. Pero no debe haber aspiración máxima que militar organizadamente.

Atilio Borón advertía que ante la mínima insinuación desestabilizadora la cosa se prendía fuego. Sin organización, el fuego se apaga pronto. Con organización, ni se prende.