sábado, 14 de mayo de 2011

El Cooperativismo Agrario y el Proyecto Nacional (Parte VI)‏



Por el cro. Antonio


Los Funcionarios. Cuando la Cooperativa es chica, o cuando está en sus comienzos, todos saben de que se trata y siguen de cerca el movimiento diario del asunto. Pero cuando la cosa va creciendo, y el socio además tiene que atender sus propios asuntos (la chacra, por ejemplo, que tiene épocas de actividad constante y otras mas tranquilas) se empieza a alejar del día a día, y entonces empieza a aparecer una figura que es un poco el nexo entre la Institución y los Socios, que es el Gerente. A veces imbuído él también del espíritu fundante es un importante puntal en la formación y funcionamiento de la Cooperativa. Pero a veces (muchas otras) es un buen administrativo con criterios y formación profesional muy aptos para una empresa comercial común pero sin ninguna ligazón con la ideología y la doctrina Cooperativa, que no comprenden ni entienden que es una empresa con otro fundamento que el simple lucro.
 
Recordemos lo dicho antes, en el primer posteo de la serie, sobre la contradicción básica que el cooperativista lleva en sí. Ha iniciado una acción colectiva y solidaria en una sociedad individualista, y él mismo es individualista, por lo que la contadicción no es menor ni desdeñable. Se sostiene porque tiene muy cerca al enemigo que lo venía acogotando, pero en la medida que el peligro va quedando atrás medio como que se empieza a plantear que al final quien sabe si el esfuerzo valía la pena.

Cuando la Cooperativa ya es importante, el volumen y la complejidad de sus negocios y manejo financiero, hacen necesaria la jerarquización profesional de sus funcionarios y nos encontramos con que el Gerente ya es un contador. Con título profesional expedido por Universidad y todo. Y ahí viene otro problema que en algún momento tendremos que abordar, que comienza con los programas de estudio de nuestras Universidades Públicas que expiden títulos que como decía Jauretche "son patentes de corso".
 
La formación de los profesionales de las Ciencias Económicas es espantosamente deficiente en cuanto al Cooperativismo. Una formación netamente liberal que desconoce o ignora la economía social. Hay Contadores muy buenos en Cooperativismo, pero sólo porque ha sido su interés personal aprenderlo y entenderlo para aplicar sus conocimientos profesionales, pero no porque haya sido parte de su formación académica en forma sistemática.

Por ejemplo, nunca llegan a entender del todo que la Cooperativa no tiene clientes; todos son socios, y mucho menos que todos tienen el mismo derecho, y que sin socios la cooperativa no funciona. Y que no se puede concebir una Cooperativa rica con socios pobres.

Seguiremos.

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Antonio (el Mayolero)

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