jueves, 12 de mayo de 2011

Juventudes Agrarias Cooperativistas, extractado de la Declaracion de Principios de Olavarría



Por el cro. Antonio



Las Juventudes Agrarias Cooperativistas al fijarse esta tarea principal, propia del medio en que han de constituirse y cumplir su misión, no se estructuran como corporaciones desvinculadas de los problemas y las esperanzas comunes de la Nación sino, por el contrario, hermanadas a la juventud agraria artesana o estudiosa que actúa en las ciudades e inclusive, aspiran a establecer comunicaciones efectivas que encaucen al espíritu vocacional auténtico en forma tal que permita a la juventud del campo cursar estudios técnicos o universitarios en las ciudades o derivar hacia el campo la actividad creadora de la juventud ciudadanía.


Las Juventudes Agrarias Cooperativistas, al situar dentro del complejo nacional, en conjunto, las cuestiones específicas que les atañen como jóvenes y como campesinos, se identifican con la línea histórica argentina que ha considerado, desde los albores de la emancipación, a la tierra como un instrumento del bienestar social y mirándolas en las bases agropecuarias de nuestra economía la posibilidad de engrandecimiento y progreso del país. Consecuentes con este sentido de la nacionalidad, dentro del cual los ideales de justicia económica y de cultura humana de la doctrina cooperativa encuentran una identidad esencial con las directivas filosóficas y políticas que inspiran el sentido argentino de la libertad individual y la convivencia social acordados en armonioso equilibrio. Las Juventudes Agrarias Cooperativistas propician el fomento de la población, la colonización, la división de la tierra y su entrega en posesión segura a los que la trabajan, el derecho de los agricultores al producto de su esfuerzo y la regulación del consumo y la producción en forma directa, liberándolos de la super-estructura parasitaria del monopolio y del latifundio que empobrece la economía argentina y mantiene el atraso en la vida rural.


Las Juventudes Agrarias aspiran a constituirse dentro del movimiento agrario, tronco y razón de ser de estos nuevos organismos, escuelas libres de disciplina societaria, de estímulo del perfeccionamiento individual a sus militantes, de formación de los futuros cuadros de dirigentes de las cooperativas agrícolas llamadas a cumplir una misión trascendental en el futuro inmediato y suscitadores del despertar de una conciencia solidaria y colectiva, capaz de quebrar el aislamiento y la indiferencia y promover la acción creadora por la conquista pacífica de un nuevo derecho agrario nacional.

3 comentarios:

Antonio (el Mayolero) dijo...

Esta es una disquisición histórica, que sirve para medir el grado de apertura hacia un proyecto Nacional integrado que en 1944 planteaba el Cooperativismo Agrario. Uno de sus gestores tiene mucho que ver con la comunidad Dorreguense; el Ing. Agr. Orlando Victor Uslenghi. Gran parte de la Dirigencia actual se formó dentro de estos principios doctrinarios. Por algunas posiciones que vemos nos surge la pregunta ¿En que nos equivocamos?

Almita dijo...

Será, Antonio, porque quizás los errores no estuvieron en la Declaración de Principios, y quizás no lo están ni siquiera hoy (errados, digo), sino que la ambición del pequeño productor lo alejó de esos principios.
Recuerdo a tíos míos, con campos relativamente chicos (no sé las hectáreas, sino recuerdo vagamente) que la verdad, hablaban como gigantes terratenientes, y le daban duro a las cooperativas (que en aquel entonces al menos algo tenían de cooperativas).
Saludos y gracias por compartir.

Moscón dijo...

¿En que se equivocaron?En avisar que iban a soplar la dama por no comer,y ya sabemos lo hijoputas,mal perdedores y envidiosos que habitan estas pampas.

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