martes, 17 de mayo de 2011

El Cooperativismo Agrario y el Proyecto Nacional (Parte VIII)



Por el cro. Antonio

Durante la llamada "Década Infame" las cooperativas fueron creciendo en cantidad y fuerza pero siempre dentro de la cancha que les había marcado el Régimen; "acá adentro hagan lo que quieran, pero la exportación no es para ustedes" (El pensamiento de Lord Castreleagh, aplicado hacia adentro del país). Las Cooperativas de Seguros, siempre de buena rentabilidad, apoyaban el esfuerzo y los apóstoles y predicadores de la filosofía cooperativa encontraban buen eco entre los sufridos chacareros que enfrentaban la "crisis del 30".
 
Moría Yrigoyen, y con Alvear al frente del Partido Radical insensiblemente el radicalismo y su Proyecto Nacional iban quedando en el olvido. La retórica estaba y el discurso también, pero en los hechos concretos (las "efectividades conducentes") iban en otro sentido. Y pocos de aquellos Radicales agrarios percibían el cambio.

La existencia de la Junta Nacional de Granos de cuya génesis nos hemos ocupado muchas veces, los ponía a cubierto de la voracidad de los grandes exportadores, y las Cooperativas los protegían de los "Rameros Generales" que debían morigerar sus agachadas al existir un competidor que al decir de  Don Luis Balestra (uno de aquellos apóstoles) había introducido un elemento revolucionario en el comercio de pueblo; "Una balanza que pesaba lo justo, al recibir el trigo en el galpón y al despachar el azúcar en el almacén".

Al aparecer de nuevo el Proyecto Nacional (la "causa"), lo hace de la mano del Peronismo, pero al "sujeto agrario" (el socio, y dirigente de la Cooperativa) lo encuentra dentro de la Unión Democrática y en el incipiente gorilismo, lo que trae no pocas discusiones, ya que por ahí, algunos reconocían sus viejos ideales Radicales en este nuevo gobierno.

Convengamos en que encarar un Proyecto Nacional de Justicia Social, Independencia Económica y Soberanía Política, en aquellos años (y en estos) sin tener en cuenta al Cooperativismo no solamente agrario, sino de todo tipo, sería imposible.

Y cuando pensamos en industrializar materias primas agropecuarias, darles valor agregado, crear fuentes de trabajo en el interior, las cooperativas son herramienta fundamental. Y así las vio el peronismo desde el principio, tal como las había visto el radicalismo treinta años antes. Un sencillo ejemplo; antes que los sintéticos superaran desde la petroquímica al aceite de lino como base; la mayor parte de las pinturas se hacían con eso, con aceite de lino (entre paréntesis un recurso renovable). Nuestro país era un gran productor de lino, pero el lino se exportaba en semilla; no se transformaba en aceite y expeller (expeller; lo que queda de la semilla una vez extraído el aceite mediante presión y calor, y es una importante fuente de proteínas para alimentacion animal).

Uno de los objetivos del 2º plan Quinquenal consistía en ir transformando esa exportación de lino semilla en exportación de aceite, y expeller.
 
Pese al apoyo oficial, en el seno de las Asociaciones (Cooperativas de 2º Grado) se veía con mucha desconfianza este plan, fundamentalmente porque lo proponía Perón. No he encontrado en mis conversaciones con los dirigentes de aquellas épocas que conocí ninguna otra razón de peso. Cuando desde mi inocencia juvenil (turrito de joven...) les planteaba cuales eran las razones de tanta discusión sobre un tema que estaba en el mismo origen de las Cooperativas y era a todas luces beneficioso para los socios, la respuesta era "no queríamos que la política se metiera en la cooperativa". Cuando les planteaba entonces que lo contrario también era política, pero de otro signo, empecé a tomar mala fama...

Aún así se levantaron muchas Fábricas de Aceites Vegetales dentro de la ACA, que luego fueron convirtiéndose a extraer aceite de Girasol cuando el aceite de lino dejó de tener demanda como ya se dijo por los avances en petroquímica.

Federación Agraria había prohijado AFA (Agricultores Federados Argentinos) una cooperativa de primer grado fundada en 1932 pero con un criterio de megacooperativa; es decir una central con múltiples sucursales que no tenían vida institucional ya que ésta era (o se creía que podía ser) suplantada por la actividad del sindicato FAA, pero no lograba despegar (como siempre que se mezcla actividad gremial con actividad comercial se producen cortocircuitos y chisporroteos). Por lo que ellos sí aprovecharon la puesta en marcha del Proyecto Nacional fundando muchas cooperativas locales que en 1952 formaron la FACA.

Después vino la llamada Revolución Libertadora, pero eso es historia para mañana.

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Antonio (el Mayolero)

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