lunes, 27 de junio de 2011

Esperando la carroza



Por el cro. Antonio



Alea Jacta Est, dijo Julio Cesar y cruzó el Rubicón que era el límite que le había impuesto el gobierno de Roma, que le temía por su fuerza y carisma.

Y uno imaginaba el Rubicón como un río caudaloso y barrrancoso, ancho y difícil de cruzar, que seguramente exigiría sobrehumanos esfuerzos logísticos para organizar y realizar su paso.

Luego, a la vuelta de los años, pude ver una foto del histórico lugar donde Julio Cesar llevó a cabo su histórica hazaña, y para mi desilusión era un arroyito manso, de llanura, medio como de diibujo de almanaque, no mucho más impresionante que cualquiera de los arroyos de nuestras pampas.

Y por ahí ahora pienso que uno imagina grandes obstáculos donde solo hay accidentes normales de la naturaleza, o en política imagina resistencias titánicas de aparatos aceitados de movilización cuando solo hay pujas normales como en toda relación humana, y que con firmeza y decisión esos grandes obstáculos y esas titánicas resistencias no son más que tsunamis de bañadera.

Cuánta tinta y palabra se ha utilizado en los últimos tiempos para mencionar:
  a) el aparato de Duhalde
  b) las imposiciones de Moyano y la CGT
  c) los Barones del Conurbano
y estoy hablando específicamente de la conformación de las Candidaturas de Gobernador y vice, Senadores y Diputados Nacionales y Provinciales. Por no agregar la de Vice Presidente, pero también vale.

Así, sencillamente se borró de golpe, tal como cuando uno enciende la luz en una habitación en penumbras, toda una serie de construcciones imaginarias, mas correspondientes a algo que existió que a lo que es la realidad actual.

Virtualmente apareció una nueva generación en escena. Tal vez la generación que se ha dado cuenta que nada va a ser como era antes (Boudou dixit) y que todo aquello que parecía eterno e inmutable ha cambiado. Los que se han dado cuenta que por primera vez Estados Unidos corre riesgo de "default" si no consigue autorización de su propio Congreso para seguir emitiendo sin control antes del 2/8/11. Que serios y sesudos economistas alemanes consideran que el manejo argentino de la economía es un modelo a ser tenido en cuenta (y porqué no imitado) por muchos países de Europa.
Y que todo eso fue posible precisamente por imperio de no dar bola a lo establecido, a lo aceptado, a lo "normal". Por la transgresión (que suele ser el peyorativo de imaginación) aplicada por mentes jóvenes con pensamientos audaces aunque antiguos. Justicia Social, Independencia Económica, Soberanía Política. Esa síntesis peronista del viejo pensamiento Yrigoyeniano y nada más. Y nada menos.

De la mano de un flaco loquito de aspecto informal que dijo que no había recorrido todo ese camino para dejar la mochila en la puerta, al que nadie tomaba demasiado en serio, hasta que el tipo agarró la cadena nacional y le dijo al Pueblo Argentino que la Corte Suprema de Justicia de la Nación lo estaba extorsionando (o intentaba hacerlo). Y prendió la luz en un país en penumbras, y aquello que todos sabíamos y que a muchísimos nos sumía en la bronca y la impotencia, adquirió su verdadera dimensión. Nada extraño sucedió. Nada se derrumbó, salvo aquello que estaba podrido desde su raíz.

Y luego vino Cristina, la otra mitad de un todo, el fenómeno incomprensible, que a menos de seis meses de llegada a la presidencia, debió enfrentar un cuasi golpe de estado, y que respondió estatizando las AFJP y devolviendo la dignidad a los jubilados, democratizando la comunicación, reconociendo derechos a la minorías, remediando los desastres del sistema educativo. Y un día el flaco loquito se nos fué, y sin embargo ella siguió y en cada "fuerza Cristina" fue también devolviendo el mensaje con un implícito "fuerza ustedes".

De allí en adelante todo fue menos complicado, aunque la resistencia fue tenaz. Vimos que se podía. Y se va pudiendo.
Estamos en mitad de camino, y vemos que se puede llegar.
Hasta que llegamos al día, y ella agarró la birome con tanta firmeza como es necesaria y armó la posibilidad que votemos un nuevo país.

Generalmente cuando se producen los cierres de listas, quedan heridos. Siempre fue así, y de allí que se acuñó la frase "salir con la ambulancia" metáfora por salir a conquistar el apoyo de los que quedaron afuera. Ahora es distinto; la mayoría de los que quedaron afuera son los que debían quedar, porque otra cosa que pasó es que se fueron cayendo muchas caretas, ya sean del ortodoxo pejotismo o de la progresía intelectualosa.

 tampoco tanto che! (?)

Ahora la "ambulancia" que puede pasar a recogerlos tiene mas parecido a una carroza fúnebre. Ya fueron.

--
Antonio (el Mayolero)

4 comentarios:

Almita dijo...

Muyb uen posteo, y comparto: acá en La Plata no alcanzan las ambulancias... y quedaron afuera los que debían quedar.
Al menos, los que a mi me parecían.
Abrazo, Antonio.

lsd dijo...

hay pedazos por todos lados!!! yo lo único que espero es que a nadie se le ocurra reagrupar a los cachos muertos y a los heridos en un nuevo Frankestein nacional. Muy bueno lo suyo.

Unknown dijo...

sería realmente monstruoso...

Almita dijo...

Je, los hermanitos Bruera son un poco Frankestein...

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