La B en River

Mientras D'onofrio es la nueva estrella de la tele -mal ahí Beto, te virlaron el lugar- una de las cuestiones que esgrime el periodismo de Olé bajo el brazo es esto de que la nueva categoría es durísima, que nada que ver con primera (nosotros sabemos lo light que es -?-) y que entonces se debiera contar con técnico acostumbrado a la misma. Sarasa pura sarasa. Se toma y se replica, sin el menos análisis serio.

¿Es que acaso las reglas del torneo son distintas? Lo único que la hace diferente es su competitividad, ya que los clubes más poderosos (otrotra más poderosos) están, o estaban, je, en primera. Pero ahora a uno se le ocurrió que tenía que incursionar en esa divisional menor. Después a uno lo tildan de soberbio sólo por tirar datos duros. La que se va a complicar con River va a ser la 2ª División y no River con esta. Suficiente tiene nuestro querido club con lo que la anterior administración dejó y con los delincuentes que aún operan adentro. Es que el club (datos duros, no se ofendan) que más gente convoca es el que deberá jugar en la B. Distinta planificación en cada partido, uno duda que baste con que el público visitante no pueda asistir.

Otra cosa que se dijo también, en CN23 entre otros, una lástima, que su periodismo deportivo no pueda ser distinto al resto, es esto de que la decisión de contratar a Almeyda es demasiado apresurada ¿Apresurada? osea, el campeonato comienza luego de la Copa América, osea de nuevo, mañana. Podrá ser correcta o no, lo sabremos finalizado el campeonato, pero no apresurada. Al menos es un tipo -no querido por mí- que decidió jugársela en el momento más difícil. No como los que no dieron bola.

En fin. Recuerdo cuando descendió el pincha la última vez, tengo muchos amigos del pincha. Si bien su tristeza era comparable a la nuestra, empezado el campeonato comenzó a ser alegría, y fecha a fecha, cada vez más, hasta volver a primera. Uno cree que la próxima temporada, para los hinchas de River, va a ser así, aunque sea en la B, va a ser un reencuetro. A pura alegría y felicidad, que en definitiva es lo único que esperamos que nuestro club nos dé.

Eso sí, siempre y cuando al tribunal de disciplina no se le ocurra descontarnos 20 puntos por los desmanes y las amenazas de unos delincuentes.